El turismo a la Argentina socialista creció gracias a un peso súper devaluado que permite al visitante vivir como un rey a expensas de una población local sumida en la miseria.
El socialismo argentino empobreció a la población trabajadora, disparó el desempleo, fomentó la delincuencia y enriqueció a los políticos izquierdistas, cuyos discursos sobre hipotéticos derechos reemplazaron los alimentos, la educación, las carreteras y los servicios básicos.
Los pilares del socialismo fueron desmantelandos por Javier Milei. Mientras en Ecuador los que jamás tributan exigen que los “ricos paguen impuestos”, para Milei los impuestos son un “robo” que frena el crecimiento económico y eliminará todos los que graban la agricultura, allá fuente de riqueza y acá el campo ecuatoriano, es el espacio de la pobreza más extrema y condiciones de vida primitivas.
El socialismo.ec dice que el trabajo da valor al producto por lo que los trabajadores deben ser dueños de las fábricas. Milei indica que el valor de un producto lo fija el mercado no el trabajador.
Ha anunciado la eliminación de todos los ministerios salvó siete: economía, justicia, interior, seguridad, defensa, relaciones exteriores, de infraestructura y va a adicionar el de capital humano. Esto implica miles de burócratas que regulan las vidas de las personas: a la calle. En Ecuador estamos acostumbrados a pedir permiso y pagar por todo, hasta por no adeudar, incluso hay impuestos para el agua lluvia.
Milei no eliminará subsidios ni pensiones y privatizará todas las empresas públicas, aquí, nuestros impuestos pagan la basura emocional de los canales incautados.
Es claro que el gobierno de Daniel Noboa seguirá al pie de la letra el modelo empobrecedor implementado por los políticos desde hace 40 años, en el cuál, burócratas crean leyes y regulaciones que los enriquecen a costa de robarnos a los que sí trabajamos, así como el circo de la Asamblea nos cuesta millones, que quitan medicinas y alimentos a miles de ecuatorianos que les creen y apoyan.
“Si el sueldo no te alcanza, es que hay demasiado Estado”.