Teatro de títeres

El Consejo Nacional Electoral Transitorio está celestial. El Consejo Nacional Electoral anterior estuvo ¡infernal! Vengan niñas, vengan niños, vengan papás y mamás a entretenerse con dos obras de teatro de títeres y marionetas. “El conde Drácula”. Un cuento de terror. “La cabaña del tío Gustavo”. Un cuento de amor.

Resumen de la primera obra: El rey de la Sombra condecora al conde Drácula, Juan Pablo Pozo, con la Cruz de la Orden Nacional al Mérito por haber hecho votar a miles de muertos en las elecciones presidenciales de 2017. Pasan una película infantil: el conde desentierra a los muertos y desempolva a las muertas y los/las conduce a las ánforas electorales y sepulcrales y las/los premia con vasos de sangre del pueblo unido y siempre siempre desvestido. Los/las votantes vuelven a sus tumbas verdeflex hasta que el rey de la Sombra regrese de Bruselas a su castillo amarillo el año 2021 para ejecutar con su primo Nicolás Maduro “La danza de la Muerte”.

Resumen de la segunda obra: Blanca Nieves y sus siete enanitos se pasean por bosques húmedos en busca de hongos comestibles. Dan con el hongo Gustavo Vega Delgado, famoso y respetado por todos los veganos. Encuentran escondido en una finca militar al hongo Alberto Molina Flores, muy conocido por sus efectos patrióticos. Se topan en la Amazonía con el hongo Diana Atamaint Wamputsar, sustento vital de #SOSPuebloShuar. Tienen la suerte de casi casi pisar el hongo especial Camila Moreno Subía, clasificado por la Universidad de Oxford, Inglaterra. Y recobran el hongo en peligro de extinción, José Cabrera Zurita, émulo de Steve Jobs, que, cernido en HP o en Apple, produce efectos alucinógenos de software electoral. Con estos cinco hongos, Blanca Nieves y los siete enanitos montan el teatro de títeres “La Cabaña del tío Gustavo”, éxito clamoroso en el Teatro Dólar, vigésima tercera parada del Trolebús, calles Guayaquil y Manabí.

El Consejo de Participación Transitorio no se equivocó al seleccionar las cinco estrellas del Consejo Nacional Electoral, que, en algo más de dos meses de trabajo, ahorraron 20 millones de dólares del presupuesto asignado por el gobierno. Cortaron todo gasto inútil. Leyendo las “Estadísticas Julio-Setiembre 2018” elaboradas por la Secretaría General del CNE, que compara esos dos meses con los de abril, mayo y junio 2018 del CNE anterior, hay que ponerse a cantar: “Cuando el amor llega así de esta manera/ uno no se da ni cuenta/ el carautal reverdece/ el guamanchito florece/ y la soga se revienta”.

Qué buen ejemplo nos dan estos cenecuaítas. Trabajar con amor, trabajar para servir, no para ser servido es la primera condición sin la cual no podremos salir del triste estado de miseria, crueldad y mafia que nos va convirtiendo en un infierno. Sacudámonos para que la soga reviente. Ni el celu ni toda la inteligencia artificial nos salvarán si no latimos como un corazón solidario y nacional.

simón espinosa c.
sespinosa@elcomercio.org

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