Atravesamos calles, templos, portales, poesía. De septiembre 17 al 10 de octubre, la Academia Ecuatoriana de la Lengua celebra actos memorables, en recuerdo de los cuarenta años del nombramiento de Quito ‘Patrimonio Cultural de la Humanidad’, y en homenaje al centenario del gran César Dávila Andrade. El tiempo va marcando la vida.
Tarea de cultura, es decir, de palabra, que da sentido al existir académico. Encaminamos planes y proyectos al conocimiento, estudio y difusión de la lengua y al engrandecimiento de nuestras letras, arte y cultura. Concretamos este propósito, a fin de que las generaciones sucesivas alimenten su palabra de inteligencia y belleza, acepten pérdidas y retribuciones que llevan a nuevas formas de expresión y desemboquen en nuevas formas de lectura y escritura, gracias a la virtualidad informática. Porque la lengua cambia, velamos, a partir de una formación consciente y libre sobre el valor, la permanencia y mudanzas del idioma, para que se preserve su espíritu, permanezca inalterada su esencia y no se rompa la unidad de los 500 millones de hablantes de 23 países distintos.
En convenio con la Secretaría de Cultura del Ilustre Municipio, celebramos a Quito; un nutrido grupo de jóvenes y adultos guiados por el académico Julio Pazos Barrera, visitamos tres tardes sucesivas algunos templos quiteños; examinamos fachadas, puertas, retablos e imágenes, en ricas sesiones que culminaron en dos mesas de trabajo: el académico Francisco Proaño Arandi dictó una conferencia magistral sobre la literatura del Quito colonial y, al día siguiente, los poetas y melómanos Bruno Sáenz y Emilio Izquierdo intervinieron en una mesa redonda sobre la música colonial quiteña, ilustrada con sendas melodías de la época. El público preguntó, inquirió…
Aportes de la citada Secretaría y de Diners Club posibilitaron la exhibición preparada por el colectivo cuencano Albaquía abierta en nuestra sede en recuerdo del insigne poeta. ‘Albaquía’ es ‘residuo o resto de alguna cuenta que queda sin pagar’, y toda conmemoración es una ‘albaquía’, intento de cumplir con esa deuda, con un pago que siempre será menor respecto de lo recibido. En la sede académica, hasta el 10 de octubre, está abierta la exposición de objetos, cartas, fotografías, primeras ediciones y textos traducidos y leídos en alta voz, del gran poeta secreto César Dávila.
Críticos reconocidos como Simón Espinosa, Jorge Dávila Vázquez, Julio Pazos Barrera, César Eduardo Carrión, Juan Valdano, Álvaro Alemán iluminaron el sentido de la poesía daviliana. Representantes de la editorial ‘Mecánica Giratoria’ presentaron al cabo de 66 años, la reedición de Abandonados en la tierra, relatos del poeta.
Alfredo Espinosa Cordero, la venezolana Valentina Ortiz y el mexicano Héctor Caro escenificaron con rara precisión y belleza “El viento”, narración magistral de Dávila Andrade. Al caer la tarde y a la luz del ocaso, en nuestro patio, todo se regó con una breve y amigable copa de vino: ¡Salud!