No seamos cuervos, por favor
Columnista invitada
La incertidumbre sobre quién pasará a competir con el candidato Arauz en la segunda vuelta ha producido alta zozobra e intranquilidad en el país. Cuando se pensaba que las cartas estaban echadas sobre la mesa y que la contienda presidencial sería entre Lasso y Arauz, representantes de dos modelos ideológico – económicos distintos, viene el empate técnico Lasso-Pérez, situación que descompone el tablero electoral, porque hay dos potenciales ganadores que buscan fervientemente inclinar la balanza a su favor, a la vez que abre la posibilidad de que sean dos candidatos progresistas los que vayan a la segunda vuelta, creando confusión y angustia en el electorado.
Declaraciones de los candidatos van y vienen, hay nerviosismo, la espera es eterna para el pueblo que mira los datos oficiales como una película de suspenso, sin saber cuál será el final, un final ambivalente porque lo que está en juego no es Lasso o Pérez, es el futuro del país, un futuro que puede ser pacífico o de terror, de tranquilidad o pánico. En este contexto hostil hay que valorar la reacción de los ecuatorianos, buscando una alternativa que viabilice la posibilidad de enterrar al socialismo, con nombre de Rafael. Hermoso sentir la preocupación nacional por el destino de la Patria, el despertar del civismo que lo creíamos dormido, a través de manifiestos, como la exhortación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, la contraloría social al proceso electoral por parte de la Comisión Nacional Anticorrupción, la reflexión sobre un cogobierno entre Lasso, Pérez y Hervas de José Hernández y como no mencionar también la cantidad de memes que a la vez que estimulan el buen humor envían profundos mensajes de paz, dialogo, democracia y unidad.
El pueblo sueña con un pacto en favor de la democracia y de un futuro próspero, pide a gritos a sus líderes, unión y diálogo, ve en ellos un mecanismo idóneo para vencer el totalitarismo que acecha, demanda deponer posturas personales, políticas, partidistas y ceder en favor de 18 millones de ecuatorianos, de los más pobres, de quienes la vida los castigó sin motivo, y que ahora sufren desempleo, desnutrición, enfermedad, inseguridad y muerte. El Ecuador entero pone los ojos en las posturas y conversaciones de los candidatos Lasso – Pérez, espera y aspira transparencia, ética, compromiso, pero no llega el instructivo y se terminan los sueños, volvemos a la retórica, al clientelismo, a la maniobra que me favorezca.
Perdemos el tiempo, no vemos el precipicio que nos espera en escasos dos meses. Si no consolidamos la unidad del 65% que votó en contra del proyecto socialista, diluimos la esperanza, como siempre jugamos bien, pero terminamos perdiendo, nos parecemos al cuervo de la fábula que dejó escapar el queso que tenía seguro en su boca, por la vanidad que producen los halagos del poder, mientras la astuta zorra consigue su cometido, robarle la presa y hacer de las suyas.