Durante la Guerra Fría entre EE. UU y la URSS, Eric From, psicólogo y agudo observador sobre las crecientes tensiones mundiales, escribió un ensayo en el que esbozo dos principios que los consideró necesarios para soportar y sobrevivir a la historia de esos días. 1.- Superar el dogma maniqueista de que todo lo malo lo hace el otro y 2.- No confundir lo posible con lo probable, pues el otro no es capaz de todo, solo de lo posible. No existe la madurez que permita diferencia que la probabilidad se da en la correlación de los hechos, mientras que lo posible se gesta en la mente desordenada del que confunde el querer y el poder.
Si ambos principios se aplicaran a la realidad nacional la receta pudiera repetirse. Todo lo posible y malo lo hace la oposición. Son golpistas, criminales, narcotraficantes etc.… Los buenos y demócratas somos nosotros, no los otros. Es difícil en estas circunstancias que existan ganadores, solo hay un perdedor que es conjunto social que eligieron a los contrincantes para que legislen o actúen en beneficio del país.
Esta anómala situación deber ser una de las causas para que la política en el Ecuador haya descendido hasta los niveles descritos, pues no hay tema que pueda tratarse con mesura y de ser el caso, con mediaciones. Otra cosa fue la época de la Guerra Fría pues la disputa era de frentes ideológicos que nutrían a los políticos y no de intereses como única fuente. Entre las consideraciones que hay anotar para evitar el pesimismo total es la falta de los antiguos, frentes o movimientos es muy grave, se justificaban por las raíces o posiciones ideológicas; ahora no queda más recursos que grandes acuerdos. Paso la era del partido único o del líder providencial salvo que imitando a la Argentina pensemos que la salvación está en un líder y un partido único. Los datos de la primera vuelta electoral y los de las regionales parecen señalar una tormenta con rayos y truenos que ya conocemos.