Desde hace varios años, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha reducido su gravitación institucional en los temas de interés continental. Por eso, el nuevo secretario general, Luis Almagro, en funciones desde mayo último, ha planteado una serie de propuestas orientadas a rescatar el papel de la OEA en el escenario hemisférico. Lo hizo como candidato y luego al asumir su cargo. En su visión general del tema afirmó que “La OEA del siglo XXI debe ser global, debe salir al mundo, relacionarse con países y entornos estratégicos, con organismos multilaterales globales y regionales, ser eficiente y hacer mejor todo aquello donde tiene un valor agregado”. Plantea, en definitiva, una nueva visión estratégica, sustentada en cuatro pilares: democracia, derechos humanos, desarrollo integral y seguridad multidimensional, cuyo contenido se explica en detalle en sus discursos de presentación y de toma de posesión.
El nuevo Secretario General ha iniciado el ejercicio de sus funciones asumiendo el compromiso de liderar los esfuerzos tendientes a potenciar la acción de la organización regional. Y ha sido enfático al afirmar que no le interesa ser el administrador de la crisis de la OEA, sino el facilitador de su renovación. En ese contexto, ha dicho que el lema de su administración será: “más derechos para más gente en las Américas”. Plausibles ciertamente las manifestaciones del Sr. Luis Almagro, pero huelga señalar que el logro de sus metas requiere el respaldo de la voluntad política de los Estados miembros, a los que ha dirigido sus exhortaciones.
Con estos antecedentes, vale la pena recordar que entre los días 15 y 16 de junio se celebró en Washington el Cuadragésimo Quinto Período de Sesiones de la Asamblea General, con participación del alto funcionario, por vez primera. En dicha reunión, correspondiente al año en curso, se aprobaron las resoluciones concernientes a los asuntos contemplados en el temario. Veamos las principales.
Se aprobó el tema relativo a la “Modernización y reorganización de la Secretaría General conforme a la visión estratégica de la Organización y fortalecimiento del Sistema Interamericano”. Se adoptó la “Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores”, que es un importante instrumento regional jurídicamente vinculante.
Se aprobó el Plan de Acción de la Carta Social de las Américas, destinado a establecer objetivos y líneas de acción a dicho instrumento multilateral. Se acordó respaldar las iniciativas hemisféricas en materia de desarrollo integral, cuya competencia corresponde al Consejo Interamericano de Desarrollo Integral.
En observancia de una tradición institucional, se aprobó una resolución de respaldo a la Argentina en su reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas. Importa, sobre todo, que se consolide la toma de conciencia de que la OEA es el más alto foro político del continente, sin menoscabo de otras organizaciones regionales.