Las opiniones de los candidatos

Para cuando escribo este artículo de opinión, 24 del presente, son 15 los binomios presidenciales calificados en firme. A 12 de los candidatos a la Presidencia de la República este Diario les ha entrevistado. No citaré sus nombres en los siguientes comentarios. El propósito, transmitirles a los lectores mis reacciones dentro del contexto político, en un país, el mío, que pretende salir del pantano del subdesarrollo.

Me entusiasma que dos de los candidatos sostengan que nuestros esfuerzos deben orientarse a dominar las ciencias del mar y de la tierra, constituirnos en una potencia mundial en esos campos. La riqueza ictiológica del Pacífico que nos corresponde y nadie nos discute ha sido ponderada. Contamos con tierra fértil en todos los pisos ecológicos, sin embargo nuestra producción por hectárea cultivada es muy baja. Muy limitado el valor agregado de nuestros productos de exportación. Nuestros institutos de investigación científica y tecnológica, como aquel sueño que fue Yachay, la Ciudad del Conocimiento, deben orientar sus neuronas y sus recursos a las ciencias del mar y de la tierra.

Apenas uno de los candidatos habla de salud preventiva. Otro se enreda cuando pretende sustentar la importancia de la Atención Primaria de Salud, paso obligado si de lo que se trata es de universalizar el derecho a la salud. ¡Construir más hospitales!, la propuesta de uno de los candidatos. Sí, la desnutrición crónica infantil es un gravísimo problema de salud pública. De lo que se trata es de cómo controlarla. Es procedente recordar que en el gobierno de Correa se invirtieron cuantiosos recursos para tal propósito. Se impusieron los criterios de una nutrióloga: un programa que se mantuvo por años apenas logró bajar en un dígito el oprobioso 25 por ciento de niños malnutridos. Otro gravísimo problema de salud pública, la anemia en mujeres embarazadas, ni mención. La yodación obligatoria de la sal de consumo humano, como política de Estado, otro agujero negro.

¡La educación! Se llega a extremos. Para uno de los candidatos lo que el Estado debe hacer es proporcionarles a todos los estudiantes de escuelas y colegios “un celular de última generación”, ¡con lo cual todo vendrá por añadidura! Sorprende la insistencia de otro de los candidatos: lo primero que hará es derogar la Ley actual de Educación Superior “para devolverle la libertad a la universidad” (¡!). Desconoce el Plan Bolonia, el que supuso estándares de excelencia para la formación de ingenieros en las universidades de la Comunidad Económica Europea. Los egresados de las ‘universidades libres’, rechazados por las empresas públicas y privadas. Para otro candidato: una de las grandes inversiones la construcción de unidades educativas del milenio. Lo cual me parece muy bien, siempre y cuando no haya empuñe, como ya sucedió.

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