Nuestro destino en el 2013

En los últimos años el Ecuador se ha vuelto cada vez más dependiente del petróleo. Por eso es importante seguir su evolución y analizar los factores que podrían afectar su comportamiento futuro. Porque al final, nuestro destino está atado a su precio.

Nos hemos vuelto tan dependientes del petróleo porque nadie quiere hacer inversiones productivas en el país y lo único que mueve a la economía es el consumo financiado por el altísimo gasto público (financiado a su vez por el espectacular precio del petróleo).

Es que nadie va a invertir en un país en el que el Gobierno ve a los ricos con desconfianza y odio, en el que se pone reglas que matan la rentabilidad de las empresas, en el que constantemente se cambia la Constitución y las reglas laborales, en el que se pone un impuesto a la salida de divisas y en seis años se hace 10 reformas tributarias. Quién va a invertir en un país donde el Presidente del Banco Central declara haber falsificado su título.

En fin, por estas razones, hoy somos más dependientes que nunca del petróleo y por eso es importante analizar cómo se comportará.

El precio del petróleo en el mercado mundial depende de dos grandes factores: la economía y la política. Lo económico se refiere a cómo estarán la oferta y la demanda en el próximo año y en eso daría la impresión que el precio podría bajar en algo, pues en los últimos años la producción de petróleo en el mundo ha subido más rápido que su demanda. Por eso, la Agencia Internacional de Energía espera una pequeña sobreoferta. De esa manera, si no ocurre nada más, si la geopolítica en el planeta no nos da sorpresas, en el año 2013 podríamos ver una caída del precio del crudo.

Por el lado de la oferta hay que resaltar el crecimiento de la producción en los EE.UU. de petróleo y de gas natural de pizarra (shale gas), mientras que por el lado de la demanda hay que mencionar la débil recuperación de la economía de los EEUU, el estancamiento de Europa y la desaceleración de China, India y Brasil.

Pero como ya se dijo, hay un segundo factor clave para entender el comportamiento del precio del petróleo: la geopolítica mundial. Una fuerte caída del precio del petróleo podría desatarse por un colapso de la zona euro (algo cada vez menos probable) o si Estados Unidos no soluciona su problema fiscal (también algo poco probable).

Aumentos del precio podrían venir si la situación en Egipto o Siria se complica, pues ambos países están cerca de los grandes productores; si recrudecen las protestas en Qatar o si en Irán empeora la relación de los curdos con el Gobierno de Bagdad.

Y si todo esto es tan relevante para el país es porque en lugar de disminuir su influencia cada vez somos más dependientes del petróleo. Y nada indica que vayamos a romper esa adicción.

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