Mitad de período

Las autoridades municipales del Distrito Metropolitano han cumplido dos años en sus funciones, tiempo suficiente como para percibir los resultados de su gestión. A tono con el movimiento político que los impulsaba ofrecieron una profunda transformación en el Cabildo. Transcurrido el tiempo, la población poco o nada puede observar de tales ofrecimientos. En campaña criticaron a las autoridades salientes pero, ya en funciones, han continuado los planes de la anterior administración. Es más, quisieron poner en práctica una medida de la más profunda noche neoliberal: imponer peajes en algunas avenidas de circunvalación. La propuesta se les vino abajo por el rechazo ciudadano. Si bien la propuesta era válida desde el punto de vista financiero mereció el repudio porque sus proponentes habían sido opositores a ultranza de esa clase de medidas antes de instalarse en los aposentos municipales. Doble discurso, mientras son oposición combaten una propuesta, ascienden al poder, la defienden. El resultado: vías descuidadas, sin mantenimiento, propias de una parroquia pero no de una capital de la República.

La gestión de la Alcaldía es sumamente pobre. Esgrimen como la gran tarea los estudios para un tren subterráneo. Es verdad que la ciudad requiere de un sistema público de transporte moderno y cómodo que brinde una solución efectiva a los problemas de movilización. Pero también es cierto y hay que decirlo claramente que un sistema como el planteado es costoso y que, si se llega a hacer, el valor para el usuario no será de pocos centavos. A esto hay que añadir que, en el estudio de pre-factibilidad presentado, se prevé una contribución del gobierno central de cerca de USD 600 millones. ¿Habrá ese dinero?

Pero no por supuestamente pensar en una obra gigante se puede desatender los problemas urgentes. ¿Se han adelantado estudios o han empezado obras para el tratamiento de aguas ? ¿Se ha iniciado la construcción de las vías al nuevo aeropuerto?¿Se ha comenzado la ejecución de las obras planificadas para la continuación de la vía Simón Bolívar, a la altura de Calderón, que empate directamente con la denominada “autopista” a la mitad del mundo? ¿se ha atendido con servicios básicos a todos esos barrios que han aparecido empujados por la migración a la ciudad?

Lo que se conoce por información de especialistas es que ni una sola cámara adicional se ha adquirido para el sistema de vigilancia “ojos de águila” y que muchas de las existentes no funcionan. No se conoce y si existe no se publicita un programa para, con otras instancias del Estado, controlar la delincuencia. Si existe y se está aplicando, por lo visto, ha resultado ineficaz. En suma poco es lo rescatable de la gestión de las autoridades municipales. No hay duda: la improvisación trae resultados altamente costosos.

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