La ideología y el WhatsApp
Hay gente que odia los grupos de Whatsapp, pero a mi me gustan y, en estos tiempos de pandemia, me han sido de especial utilidad. Tengo grupos con mi familia, con amigos, con ex compañeros, con abogados y hasta con mis clientes y mis estudiantes. La comunicación fluye bastante bien (aunque debo reconocer que a veces me olvido de responder). Claro, en ocasiones podemos recibir mensajes molestos o impertinentes, pero en general, creo que es una excelente forma de mantenerse en contacto ante la imposibilidad de hacerlo físicamente.
Dentro de estos grupos también soy parte de uno de politólogos y personas que hacen análisis político y, lógicamente, chateamos sobre política (aunque, la verdad sea dicha, se creó con el propósito de hacer seguimiento a los efectos del covid en Ecuador). Lo más interesante de este grupo es que, la mayoría de las veces, el debate se lo hace desapasionadamente y con los datos en la mano (o en la pantalla), por lo que, aparte de mantenernos en contacto, también nos informamos y aprendemos. Al menos así lo percibo.
El último intercambio que tuvimos fue acerca de la ideología de los candidatos que se han inscrito para competir para la Presidencia de la República (de los que tienen algún chance), y del problema que es ubicarlos en la clásica división entre izquierda y derecha, que parece insuficiente para definirlos. No solo porque hay candidatos liberales en lo económico, pero conservadores en lo social o viceversa, sino también, porque de muchos, sin programas claros y/o con partidos alquilados, ni siquiera se sabe bien lo que piensan o lo que plantean.
Ahora, frente a las elecciones que se avecinan, con el país atravesando una severa crisis económica, agravada aún más por la pandemia, ¿será importante para los ciudadanos la ubicación ideológica de los candidatos o tendrá mayor peso, nuevamente, el discurso más demagógico?
En esta maraña, quizás la división más clara sea entre los que quieren más y los que quieren menos intervención del Estado, aunque frente al enorme número de millennials y centennials que participarán en las elecciones, el tema de valores sociales conservadores y liberales también podría ser parte importante del juego.
En todo caso, será difícil optar por algún candidato que llene las expectativas en todos los frentes, pero ante esto, lo mejor sería apoyar a aquellos que respeten la democracia, que no pretendan usar el Estado para imponer sus ideas, o peor aún, que se hayan metido al proceso electoral por la ventana y sin respetar los procedimientos, lo que da la medida de cómo actuarán si es que llegaren a gobernar.
Así, de nuevo, aunque las dudas permanecen y el debate sigue, hemos tenido un intercambio interesante y esclarecedor en el chat. Y a usted, ¿le gustan los grupos de Whatsapp?