El hecho de que para la elección del 17 de febrero del 2013 concurren como candidatos Rafael Correa y Guillermo Lasso –con tachas del primero para el segundo, de “pelucón” y de “banquero”, acusándole, mediante producción audiovisual, de ser uno de los responsables del feriado bancario y del congelamiento de depósitos producidos el año 1999- ha actualizado el tema sobre si Lasso aportó dinero para la campaña de Correa el año 2006.
En diálogo con radiodifusoras el 31 de enero del 2013, al igual que en entrevistas anteriores, Lasso mencionó que el año 2006 fue visitado en su hogar por Correa, en Samborondón –en el sector que Correa ahora tacha de ser “pelucolandia”-, una vez acompañado por Vinicio Alvarado y Fausto Ortiz; y, otra vez, habría llegado sólo Correa. Ante el requerimiento de que admita o rechace que fue aportante para Correa, ha expresado –según lo publicado- que el candidato- presidente y su tesorero de campaña “deberán confirmar o negar eso”, precisando Lasso “no hay nada de malo en hacer un aporte dentro del marco de la ley a una campaña”. Semanas atrás un vocero de comunicación del gobernante expresó que de haberse recibido esa contribución no significaba que Correa se entregó a la banca.
Debería ser simple decir Sí o No, para Lasso y para Correa. Pero, en el caso, será difícil saber la verdad.
De haberse hecho todo “dentro del marco de la Ley”, en las cuentas de ingresos para la campaña de Correa el 2006, debió aparecer el aporte de Lasso –y ahí no estuvo-, además debió haberse pagado IVA, por el 12% del aporte. Parece impensable que Correa admita la contribución y luego alegue caducidad para no modificar el informe de ingresos y gastos de campaña 2006 y prescripción para no pagar IVA.
Correa y Lasso tuvieron la misma matriz de formación. Cuando fueron adolescentes estudiaron –en diferentes épocas- en el Colegio San José de los Hermanos Cristianos de Guayaquil. Por eso deben saber el valor de la verdad y que esta no pasa por quedarse en insinuaciones, ni ocultarla, ni eludirla.
Pienso que Correa, de haber vinculado a Lasso con el feriado bancario, ni lo habría visitado.
Y ahora una referencia que es sólo un relato de verdad. En febrero de 1981, cuando la agresión del Perú en Paquisha, un importante sector de la banca estuvo por un cierre temporal ante una fuerte corriente de retiros de fondos. Como Presidente de la Junta Monetaria me opuse a que se lo hiciera. Sostuve: “un día que se cierre la banca, para evitar retiro de depósitos, llevará a que el día que se reabra, la presión de retiro sea mucho mayor, a menos que se lo prohíba o escalone los retiros” e impedí el cierre. En marzo de 1999, escuché a Lasso con criterio similar. Nunca generará confianza en la banca cerrar sus puertas.