El hábito no hace al monje
La denominación “Renta Básica Universal” se viene usando en varios países, con diferentes propuestas.
Está en el debate en Colombia, con mucho fondo político, propuesto por vinculados con los desmovilizados de las guerrillas de ese país. Se parte del supuesto que el petróleo y los minerales son activos de la nación, por lo que todos los colombianos tienen derecho para ejercer su titularidad, percibiendo una renta. Para iniciar su ejecución, está la moción de emitir bonos que se canjeen con la emisión de pesos colombianos, en el Banco de la República. El Banco Central del Ecuador, antes de la dolarización, era el banco emisor de la moneda nacional, el sucre.
Con la misma denominación, “Renta Básica Universal”, sin trasfondo político, sino como forma de subsidio o ayuda, no ampliado a todo el universo poblacional, sino para ensayos de modelos hay varios proyectos, desde antes de la pandemia del 2020. Los más publicitados venían siendo el de Finlandia, con una renta de algo más de USD 600, inicialmente – el año 2017- para 2.000 familias que asumían compromisos, pero no de trabajo remunerado; y, el de Kenia, en que una ONG norteamericana, con su gobierno, desde el 2016 desarrolla el ensayo, de apoyar a 295 aldeas rurales asignándole USD 22 , acreditados por vía telefónica, a cada familia, que realmente lo usan para unirse en proyectos colectivos de producción, compra y venta de alimentos, y otras transacciones. Finlandia tiene una población de 5.5 millones de habitantes, con un PIB per cápita del 2019 de USD 48.643; y, Kenia una población de 51.4 millones de habitantes; y, un PIB per cápita del 2019 de USD 1.816,5.
Con la pandemia del 2020, todos los números se han alterado. En la mayoría de los países, con diferentes niveles de desarrollo, hay traslado de fondos en muy importantes volúmenes, para atender necesidades de sectores de su población, con focalizaciones menos o más controladas, que también han permitido prácticas de corrupción, cuando no ha habido los controles adecuados.
Asambleístas, auspiciados por el ex presidente Correa, han tomado la denominación, para un proyecto de ley que se aproxima a lo que se debate en Colombia. Como en dolarización no se emite moneda, proponen que entidades financieras del Estado emitan títulos valores para que el Banco Central los reciba y dé crédito a millones de ecuatorianos, vía telefónica, nominados en dólares, pero no convertibles en billetes, para una canasta básica de alimentos, medicamentos y los servicios públicos, hasta por USD 400, o sea el equivalente al salario mínimo vital, pero no contra la prestación formal de trabajo. Significaría emitir dólares electrónicos, sin sustento en dinero real, que tumbaría a la dolarización. ¿Qué piensa, lector?