Miguel Rivadeneira Vallejo

FF.AA.: urgente fortalecimiento

No se trata de alarmar, pero tampoco de dormirse. Hay que ser pragmáticos, visionarios, prospectivos, advertir a tiempo y estar preparados para lo que podría venir. No se puede mirar con indiferencia los fantasmas de desestabilización democrática e institucional que se ciernen en la región. El incendio en Colombia puede propagarse en la región. Ya hubo en el 2019 en Ecuador y Chile, con saldo de destrucción y muerte, aunque no lograron los objetivos finales de tumbar a los gobiernos.

Los acuciantes problemas económicos y sociales se han agudizado con la pandemia, aunque de eso se sirven de pretexto y se aprovechan grupos extremistas, identificados con la supuesta izquierda latinoamericana y el socialismo del siglo 21, con apoyo de fuerzas internacionales y dictaduras (Venezuela) y una intensa campaña de desinformación (fake news). Una es la protesta y el derecho a la resistencia pacífica de los pueblos y otro el caos y la violencia que buscan la desestabilización. Lo grave: han sorprendido a organismos mundiales y regionales respetables, de DD.HH., que no ven la realidad en su contexto.

En este marco, es vital rescatar y fortalecer primero la Inteligencia del Estado, que debe ser integral, estratégica y preventiva, que permita obtener información oportuna de las amenazas, riesgos y conflictos que atenten contra la seguridad nacional. Hacer una auditoría integral de lo que hicieron (usaron más de USD 300 millones). El nuevo Gobierno ha encargado al Ministro de Defensa, pero una cosa es rehacer estas tareas importantes en una institución respetada y profesional como FF.AA. y otra la necesidad de estructurar la Inteligencia del país, debidamente coordinada, que debe servir para prevenir al gobierno de turno. EE.UU. y tantos otros países cuentan con estos sistemas sincronizados y al servicio del Estado.

A FF.AA. hay que fortalecerlas urgentemente en sus capacidades operativas luego del proceso nefasto del correísmo que intentara destruirlas. Tras los hechos de Angostura (2008), el prófugo de la justicia desbarató la inteligencia militar y policial, argumentando que estaba al servicio de la CIA e hizo aprobar en la Asamblea la Ley de Seguridad Pública, que creara la Senain, bajo su directo control, y que sirviera para espiar, planificar secuestros, perseguir a políticos, periodistas y supuestos enemigos.

A FF.AA. hay que darle estabilidad. No es posible que un comandante de rama, que debiera estar en funciones 2 años, se le saque abruptamente del cargo luego que el Estado invirtiera mucho en su preparación por más de 35 años, por influencia política, capricho o celos del ministro de Defensa de turno. No puede ser que en la Fuerza Terrestre, el corazón de FF.AA., se hayan nombrado seis comandantes generales en los últimos 4 años. Comandantes de pocos meses y no de 2 años.