Esperpento

Es interesante la cifra dada por el Servicio de Rentas Internas, en el sentido que durante los 11 primeros meses del 2010 se recaudó un 16,5% más en tributos, comparado con igual período del 2009. Es preocupante que del total obtenido por el SRI, el 60% lo aportó la provincia de Pichincha, cuando se dice que la capital económica del país está en Guayas. ¿Cuánto ha hecho el SRI por mejorar la recaudación y ampliar el universo de contribuyentes en esa parte de Ecuador?

De los datos entregados por las autoridades, se deduce que el número de contribuyentes es prácticamente el mismo en los últimos cuatro años. Si se lo aumentó, debe ser con personas que poco generan en impuestos, lo que significa que las políticas del Gobierno a favor de la actividad productiva, son nulas. Se concluye que siguen siendo los de siempre quienes cancelan los tributos. La gran mayoría de informales continúan tranquilos evadiendo los controles, que parecería no se dan para cierta gente. Otra lectura posible es que si aumentó la recaudación en gran medida se debe al incremento de las tarifas y de los nuevos impuestos regulatorios asumidos por los formales; es decir, por aquellos que creen en Ecuador a pesar de la tormenta que se atraviesa. Se exprime a unos para deleite de otros.

Es grave una de las últimas reformas tributarias, por la cual las compañías que cancelan impuestos en exceso a través de los llamados anticipos, pago que lo realizan aun cuando no tengan utilidades, no los pueden recuperar. Se los traga el Fisco, y el contribuyente cumplidor de los deberes impositivos sólo puede ver cómo su dinero se gasta en campañas para mantener la imagen del gobernante. No puede hacer nada, excepto seguir trabajando en beneficio de su patria, y en favor de evasores que dan votos pero no dólares para el gasto desenfrenado del Presidente.

La inseguridad jurídica ha hecho que la inversión prácticamente no llegue. Los explotados por el Fisco siguen siendo los mismos. Tanto es así que con afán de que divisas productivas arriben a Ecuador, y los inversionistas crean en este esperpento llamado revolución ciudadana, en el Código de la Producción se crea la figura de los contratos de inversión, por los cuales los inversionistas que los firmen, pueden asegurarse una estabilidad tributaria. ¡Se han cambiado tanto, y en tan corto período, las normas impositivas, y se anuncian nuevas reformas, que pocos creen en el Gobierno!

¿De dónde obtendrá el Presidente dinero para cubrir su imparable deseo de gastar? China ya dio préstamos carísimos, a cargo de exportación futura de petróleo. El IESS no puede seguir arriesgando plata de los afiliados; y, los pocos contribuyentes responsables, no aguantan más carga tributaria.

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