El lunes comenzó la protesta de los taxistas; ayer, la de los indígenas. La semana anterior, los profesores. Los trabajadores también tienen lo que suelen llamar “su plan de lucha”. La crisis económica de país hace previsible que haya inconformidad en varios y muchos sectores de la población, sobre todo en los menos favorecidos.
La protesta es una forma de libre expresión y debe ser garantizada, siempre y cuando se los realice bajo los parámetros de la legislación ecuatoriana y no menoscabe la integridad de los ciudadanos que no participan de las mismas ideas ni tendencias.
Sin embargo, hubo bloqueos en varios puntos de la ciudad que perjudican a otros rubros de la economía que necesitan reactivarse; la población requiere movilizarse para que sus ingresos les permitan tener el nivel de vida que desean, luego de dos años de una pandemia que, además de no terminar en lo sanitario, repercutirá en la economía nacional por un largo tiempo.
Los sectores indígenas, liderados por Leonidas Iza, uno de los beneficiados de la amnistía otorgada por la Asamblea, se movilizaron para entregar ‘los mandatos’ para la nueva Ley de Recursos Hídricos. Se reconoce, sí, que los indígenas deben ser escuchados porque la naturaleza entera -no solamente el agua- forma parte de su visión del mundo. Pero es de desear que también se reconozca que es el Parlamento -con y a pesar de todos los defectos que nos ha demostrado desde mayo del año pasado-, el lugar donde se debate el futuro del país.
Los taxistas, por su parte, exigen más control a las empresas de transporte que se ofertan por aplicaciones. Ciertamente falta una normativa clara para ellos, pero los modelos de negocios están cambiando en todo el mundo y el transporte debiera acomodarse. Cualquier normativa, si bien debe pensar en los sectores involucrados. Este sector del transporte debe pensar también las razones por las que la población opta cada vez más por las aplicaciones. Todo precepto en esta materia debe enfocarse en los usuarios, pues son ellos los que tienen el derecho mayor a escoger cómo se movilizan por la ciudad y el país.