En su afán por evadir los controles de las autoridades, los narcotraficantes innovan sus métodos para el envío de sustancias ilegales a los mercados de consumo del extranjero.
Una de esas modalidades, quizá novedosa, fue advertida por EL COMERCIO, en un informe publicado el pasado día 2.
¿En qué consiste? Las organizaciones delincuenciales sacan del país las drogas en encomiendas. Es decir, se valen de las oficinas de correos para mandar paquetes de estupefacientes.
Un vacío que facilita este método está a la vista: hasta la fecha no rige la exigencia de registrar las huellas dactilares de los remitentes. Por ello, en la mayoría de las ocasiones, los agentes antinarcóticos han detectado que se utilizan datos de identificación falsos o los de personas inocentes que nada tienen que ver con el narcotráfico.
Con la asignatura pendiente de verificar la real identidad de los remitentes, la Policía y Correos del Ecuador han ofrecido datos que arrojan luz sobre el problema. Así, en el primer semestre del año, se detectaron 120 paquetes de droga. El 2014, la cifra total fue de 204.
Aunque en principio se trata de aparentemente pequeñas cantidades de alcaloides -38,8 kilos en la primera mitad del 2015- los envíos tienen un particularidad: la droga es de alta pureza y su precio se dispara en los mercados de consumidores, en particular de Estados Unidos y de Europa.
Para cerrar esta vía de salida de las sustancias ilegales, entonces, hace falta la decisión de atacar el problema.