Biden, presidente electo de un país encrispado
Mientras los conteos finales de un puñado de estados confirmaban la tendencia del triunfo de Joe Biden como 46 presidente , Donald Trump no se resignaba a aceptar su derrota.
Dos personalidades muy marcadas se han visto en la vitrina electoral de Estados Unidos todos estos meses. Un exvicepresidente calmado, que hizo su campaña respetando normas de distancia; y un Presidente que banalizó la pandemia e irrespetó protocolos de distanciamiento social.
Posturas encontradas en las formas pero también mensajes desafiantes y desacreditación del rival en campañas sucias y polarizadas, al más puro estilo populista, serán una de las huellas de esta contienda electoral.
Al fin y al cabo, Trump no es, nunca fue, un republicano a carta cabal: jamás se identificó con la dirigencia del partido y mantuvo distancias con las formas acostumbradas.
Joe Biden, el demócrata, en su comportamiento público se mostró moderado, sin estridencias. Responde a lo que es: figura del establecimiento demócrata. 36 años de senador, ocho años de vicepresidente con Obama.
Como nunca antes, una elección presidencial se había volcado al espectro incandescente de redes sociales, discursos fugaces y trolls.
Casi nunca los conteos se prolongaron tanto. Al menos desde la campaña en que Al Gore, el demócrata que fue vicepresidente y ganó en el voto popular a George Bush.
Biden ha obtenido 4 millones de votos populares más sobre Trump, aparte de los suficientes votos electorales dentro del sistema ideado por los fundadores de ese país.
Cada estado tiene una representación de la que salen 270 compromisarios que llevan un número proporcional a la demografía de cada estado para configurar al ganador. Nevada, Arizona, Georgia y Pensilvania contaron con paso lento los votos, en especial los que llegan por correo. Este último estado dio la victoria a Biden. Trump acusaba de fraude.
Queda un país dividido. El voto latino y joven merece ser escuchado junto con sus demandas: más oportunidades. Y hay otros temas sociales pendientes en la agenda.