Ecuador cumplió 23 años de la decisión económica más importante de su vida republicana. El pasado 9 de enero de 2000, el país adoptó el esquema de dolarización.
Esa medida buscó dar confianza a los agentes económicos nacionales y extranjeros, frenar la acelerada devaluación del dólar y calmar los ánimos sociales internos.
Esos objetivos se cumplieron a lo largo de estos 23 años. Si bien l Ecuador no ha dejado de atravesar por períodos de recesión o crisis, las afectaciones pudieron ser mayores si se mantenía una moneda nacional.
Los gobiernos de turno hubiesen tenido herramientas de política monetaria para solventar las crisis con emisiones inorgánicas de dinero, que al final afectan a la población.
La dolarización es una camisa de fuerza para el poder. En la actualidad, es complicado políticamente hablando dar marcha atrás y adoptar una moneda nacional.
El gerente general del Banco Central del Ecuador, Guillermo Avellán, resaltó que la adopción de la dolarización ha sido favorable para combatir la indisciplina fiscal, alcanzar la estabilidad de precios, aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos y facilitar la planificación financiera en el sector privado.
Y esa afirmación se comprueba con las cifras. Entre 1980 y 1998, la inflación anual promedio, fue de 36,4%. En cambio, desde el 2001 hasta el 2019 (antes de la pandemia) se ubicó en 4,5%.
Otro resultado positivo es el crecimiento la producción del Ecuador por habitante. Entre 1977 y 1998 subió 14% y desde el 2001 hasta el 2022 (período de dolarización), bordeó el 22%.
En el ámbito familiar también se evidencian los beneficios. Los ecuatorianos se arriesgaron para contratar créditos para comprar una vivienda o para adquirir automotores y otros productos. El temor por la
inflación y devaluaciones desapareció, lo que dio serguridad para endeudarse en el largo plazo.
Eso permitió que las actividades productivas despunten en los últimos años. Además, el sector exportador comprendió que debía competir con calidad e innovación para ingresar a los mercados externos y no vivir de las devaluaciones. Y lo ha logrado.