Hasta el 4 de septiembre están abiertas las inscripciones para los aspirantes a magistrados de la Corte Nacional de Justicia. El proceso conducido por el Consejo de la Judicatura Transitorio es clave para definir el futuro de la alta función del Estado. Los jueces de la Corte Nacional deben ser personas con experiencia, alta capacidad intelectual y académica y honradez acrisolada. Es menester además una total independencia del poder político y de las influencias de grupos económicos.
Hay algunos aspectos que pueden ser motivo de preocupación. Los magistrados que conformen esta Función, que serán conocidos hasta diciembre, durarán nueve años en sus cargos. Es importante que sus períodos no coincidan con los tiempos electorales.
En cuanto a las condiciones que deben cumplir los candidatos, llama la atención que se haya acortado el tiempo de experiencia en el ejercicio profesional de 15 a 10 años y también la edad mínima para participar. Se supone que cuanta más experiencia y madurez emocional, mejor capacidad de análisis pueden tener los encargados de administrar justicia.
Una parte fundamental estará en el modo de calificar el concurso de oposición y méritos. Además, la probidad y la honestidad de las personas que revisarán las hojas de vida de los aspirantes son condiciones indispensables.
El análisis académico sobre el estado de la justicia adelantado por la Universidad de Talca dijo poco más de lo que todo el país conoce sobre la justicia. Cabe preguntarse si la selección de ese ente académico fue la mejor.
Los riesgos de la influencia política están presentes. Ecuador merece jueces independientes y no funcionales a los intereses y presiones del poder. Es el reto de la hora.