Salida dolorosa: más deuda
Lo dijimos en su momento. El desorden fiscal del Gobierno hacía insuficiente inclusive ingresos atados a un barril de petróleo de USD 100, peor aún a un precio más bajo. Los impactos del sector externo son importantes como lo son los efectos en el sector fiscal. En el primer caso, al cierre del primer trimestre de este año el saldo de la balanza comercial fue negativo en USD 899 millones mientras que para el mismo período del año anterior el balance fue positivo en USD 469 millones. Esto significa que la restricción de importaciones no logra, ni de lejos, compensar la caída de los ingresos petroleros y, si persisten en esa vía, el ajuste significará en cada vez mayor estancamiento económico.
Para todo el 2015 se anticipa un desequilibrio comercial aproximadamente del 1.4% del PIB. En el tema fiscal, con amnistía tributaria, con la nueva deuda contratada y el recorte del 3.9% al presupuesto, se prevé quedará un hueco sin financiar entre USD 5 000 millones y 6 000 millones. Como ese desfinanciamiento recaerá mayoritariamente en gastos de inversión, el impacto en crecimiento económico será más fuerte, pues si habrían creado el ambiente propicio para mayor inversión privada podrían compensar, aunque sea parcialmente, esta situación. En resumen, el año terminará con los déficits gemelos, el primero menos grave en términos del PIB y, el segundo, el presupuestario, de los más profundos de la región.
La dolarización se asemeja a un estado de flujo de fondos de una empresa. Si hay la liquidez suficiente hay como gastar, si esta liquidez es insuficiente parte de los gastos no se pueden concretar. Como la mayoría de los gastos son muy difíciles de reducir como es el impacto político de bajar gastos corrientes, la válvula de escape son los gastos de inversión, que son los que generan empleo y producción. Por lo tanto, el problema se atenúa consiguiendo esa liquidez que falta pero al estar dolarizados al Gobierno solo le queda pedir prestado al exterior o buscar en el sector privado nacional como “tomar” esos recursos.
Con las nuevas emisiones de deuda, la contabilización de los anticipos petroleros y la operación swap de oro, la relación deuda/PIB podría superar el 40% este año sin mayor problema. Sin embargo, para financiar toda la magnitud del desequilibrio fiscal y externo, probablemente sea “necesario” al menos 5 puntos porcentuales más del PIB, esto es, conseguir adicionalmente unos USD 6 000 millones. Si esta magnitud de más deuda se concretaría, posibilidad que se ve muy remota, el impacto en crecimiento económico sería menor pero habremos triplicado la deuda del país en los últimos 5 años. Además, ese nuevo endeudamiento sin orden fiscal significaría que solo hemos pateado el problema al futuro. Como no se ve viable tanta nueva deuda, lo más probable es un año 2015 casi estancado y un 2016 no muy distinto.
El mensaje es el de siempre: sin disciplina fiscal no hay como mantener el crecimiento.
Columnista invitado