No me imaginé que millones de ecuatorianos descansarían como consecuencia de las vacaciones tomadas por una sola persona. El economista Rafael Correa salió a Bélgica a desconectarse de sus actividades, y confieso que hemos descansado. Al mismo tiempo, reconozco lo trabajador que es el Presidente.
Vacación, según el Diccionario de la Lengua, es “descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios”. Los servidores públicos, de acuerdo con la Ley Orgánica del Servicio Público, tienen “derecho a disfrutar de 30 días de vacaciones anuales pagadas después de 11 meses de servicio continuo… Las vacaciones podrán ser acumuladas hasta por 60 días” (art. 29).
Para los empleados privados, el Código del Trabajo (art. 69) prevé un período anual “ininterrumpido de 15 días de descanso, incluidos los días no laborables… El trabajador recibirá por adelantado la remuneración correspondiente al período de vacaciones”. Este Código permite que el trabajador acumule sus vacaciones hasta por tres años consecutivos.
Coinciden los cuerpos legales mencionados en que todos los trabajadores tienen derecho a vacaciones; que se las puede acumular; y, el empleador (sector público o privado) no tiene que cancelar valor alguno adicional cuando el empleado hace uso de este derecho universal, excepto cuando renuncia sin haber gozado de su período de descanso.
El presidente Correa, nadie lo discute, trabaja desde el amanecer hasta el atardecer, y los fines de semana. Labora sin permitir el descanso del género humano que lo soporta de mañana, tarde y noche. Por ello, son sabias las normas legales que prevén la acumulación de días de descanso, y me pregunto, ¿por qué no aprovechó y tomó todo el tiempo que tiene derecho de vacaciones, y unos días adicionales, en vez de solo diez días? Hubiera ganado puntos en las encuestas.
Las vacaciones del Presidente nos vinieron bien a todos. Pero tengo unas preguntas: Si tanto impulsa el turismo interno, ¿por quéél se va fuera de Ecuador a descansar? Se debe predicar con el ejemplo. Si se gastó unos cuantos miles de euros en la adquisición de un departamento en Bruselas, ¿con qué dinero compró los pasajes en primera clase para viajar a Europa? Y si se fue de vacaciones, ¿por qué llevó guardaespaldas?
El empleador no asume los costos de las vacaciones de sus empleados. Descarto imaginar, peor creer, que el Primer Mandatario y sus agentes de seguridad hayan utilizado boletos aéreos que el Consejo Nacional de Aviación Civil ordena a las aerolíneas que operan en Ecuador entregar para que los administre la Presidencia de la República. Estos tiques sirven para el traslado de funcionarios públicos cuando se movilizan al exterior en misión oficial.
Las vacaciones del economista Correa fueron de todos…¡gracias!