Hace pocos días, durante la presentación de una mesa de concertación convocada por el alcalde Augusto Barrera para hablar de temas de seguridad, un sociólogo que trabaja en una respetable institución, integrada en su mayoría por sociólogos, se permitió criticar a este Diario por el hecho de dar a conocer sistemáticamente los graves problemas sociales que afectan a la población, especialmente por la violencia y la arremetida de la delincuencia.
Sin conocer los procesos periodísticos, se permitió decir que la razón para que EL COMERCIO dé prioridad a los temas de la seguridad ciudadana se debe a un supuesto afán de perjudicar la imagen del Gobierno. Una apreciación absolutamente errada, que respeto en honor a la libertad de expresión de todas las personas.
Es bueno antes de hablar informarse o, por lo menos, intentar entender por qué este Diario, desde hace muchos años, trata estos temas ciudadanos. La seguridad/inseguridad preocupa a la ciudadanía que sufre la violencia, robos, asaltos, secuestros exprés y toda la lacra relacionada con el narcotráfico y el sicariato.
La iniciativa del Alcalde de convocar a la ciudadanía, a los dirigentes barriales de todas las condiciones sociales, populares o ‘pelucones’ (para usar el lenguaje oficial) es digna de ser destacada, apoyada, difundida. Podemos criticar que se han demorado para darse cuenta de que la violencia no es una percepción, sin embargo hay que ser positivo, toda acción para combatir a la delincuencia, para permanecer unidos frente a este embate, es positiva.
Seguramente el Alcalde dijo pasemos a la acción, dejémonos de análisis sociológicos, busquemos soluciones, conozcamos las experiencias desde el aporte de la comunidad. Sí, desde las bases de la población que lleva años aguantando este flagelo y ha tomado decisiones sin ayuda gubernamental, organizándose comunitariamente.
El ingenio de la organización popular ha llevado a instalar sistemas de alarmas cada vez que un sospechoso ingresa al barrio, a la ciudadela, al condominio. Ha contratado guardianía privada pese a que no pueden portar armas, pero al menos sirven para observar los movimientos sospechosos.
Aunque tarde, hay que reconocer que desde el poder político también se están tomando medidas para mejorar la entrega de visados, tal como hacen muchos países en el mundo para proteger a su población. El tema de los más buscados no cuajó, pero por lo menos se ve acción, que es lo que reclama la población.
Las páginas de Seguridad de este Diario han recogido precisamente los testimonios de centenares de personas que han sido víctimas de la delincuencia. Son declaraciones en primera persona, donde no interviene la redacción del periodista, no hay interpretaciones, la palabra y la indignación fluyen libremente.