Hay conductas o actos de empleados o funcionarios de la órbita púbica o estatal que no están regulados ni sancionados por la ley; sin embargo, pueden ser percibidos como desatinos o falta de elemental decoro en un régimen democrático que, además de normas constitucionales y legales, tienen relación con la imagen del país. Viajar al exterior por motivos personales de los legisladores no requiere ningún requisito; otra cosa es aceptar un viaje privado, financiado por un empresario que a su también es legislador en un gasto evidentemente ostentoso a un país contra el que Ecuador ha votado en su contra por el proceso bélico que se desarrolla con Ucrania.
De concretarse el periplo, debe agregarse que el empresario legislador representa a una empresa bananera de principal importancia en su comercio con Rusia; por lo tanto, le corresponderá a la Asamblea indagar si lo legisladores viajeros -que serán usados por la propaganda del régimen ruso – no incurren en un juego de intereses.
Un viaje pagado a un país en conflicto que en muchos ámbitos de nivel mundial ha sido repudiado, no es ilegal, pero es un acto carente de ética. No estamos en la Guerra Fría donde las diferencias eran políticas o ideológicas; ahora es frente a una invasión, que pretende utilizar la fuerza de las armas para labrar el destino de otra nación. En la misma canasta del decoro, utilizar a niños para publicidad o propaganda política es posible que roce con alguna disposición que prohíbe su utilización en actos políticos, pero incurre en de la falta de decoro.
También correspondería el posible viaje con los niños invitados por el primer mandatario a la inauguración del mundial de futbol, donde en el partido inaugural juega la selección de Ecuador. Si se trata de fotos que el primer mandatario se las tome con los jugadores ecuatoriano, pero que se omita a los niños. Se mantendrá el decoro si no hay fotos y si las hay que solo sean para los álbumes de los padres o familiares de los menores.