Consuelo de bobos

Habiéndome criado junto al mar, cada vez que vuelvo a Manabí y siento en la cara el aire caliente que entra por la ventana y miro a la gente y los sombreros de paja y oigo el hablado desenfadado, me pongo contento. Silbando voy y manejando por El Carmen hasta que empiezo a ver las fotos de ese señor que botó jodiendo al país y huyó a Bélgica. Pero, en vez de advertir ‘Se busca’, su imagen está siendo usada de nuevo como gancho para los candidatos de las listas de otro pícaro que está en la cárcel.

¿Cómo se permite semejante burla también en esta provincia donde la reconstrucción de los daños causados por el terremoto del 2016 sirvió para que los capos publicistas y contratistas del correísmo redondearan sus fortunas de fábula? Aquí donde se taló y aplanó el bosque de El Aromo para llevar a cabo uno de los asaltos mas notables a los fondos públicos porque ese desierto no sirve para nada. ¿Qué elecciones son éstas? Como si diez años de engaño populista no hubieran sido suficientes, el país se empeña en repetir los errores y creer en 80 000 promesas.

Entonces el bobo que llevo dentro dice que no es para tanto, que los argentinos, que se las pican de europeos, son más necios que nosotros: cuando no están los militares torturando y matando, son los peronistas de distinto pelaje quienes siguen robando y embaucando. Y si llega alguien distinto a la Casa Rosada, le toca pagar los platos rotos. De yapa, le hacen la vida imposible mientras la cleptómana conserva un 30% del voto.

Puestos a comparar, por aquello de ‘mal de muchos, consuelo de bobos’, ni los súbditos de Kate Middleton salen bien parados. A raíz del referéndum en el que ganó la opción suicida del Brexit, un famoso columnista de Londres dijo que se sentía fatal pues ellos siempre se habían burlado de la ingenuidad y falta de agudeza política de los americanos, que elegían a actores de segunda como Ronald Reagan y a tontos a la vela como George Bush Jr. Anduvo avergonzado el columnista durante varios meses, hasta que los gringos eligieron a Trump. ¡Estaban igualados!

Menos mal que los ingleses no escucharon a nuestro genial economista cuando decía que él también quería que ganara Trump para que se agudizaran las contradicciones y volvieran al poder los movimientos de izquierda de América Latina, tal como había sucedido durante la etapa de Bush Jr. Por razones menos torpes, Assange también conspiraba para que ganara Trump.

Luego, cuando empezó el destape de los escándalos, los intelectuales correístas argumentaron que siempre hubo corrupción. Claro que siempre hubo ladrones, pero nunca antes funcionó un sistema tan formidable como para llevar aviones cargados de billetes a los paraísos fiscales, menos aún en nombre de la izquierda. Aunque Maduro también usa aviones para saquear el oro de Venezuela. ¡Tablas!