El Ku-klux-klan

Fue la organización secreta fundada por los racistas blancos en el sur de Estados Unidos inmediatamente después de la sangrienta y dilatada “Guerra de Secesión” -que se extendió desde 1861 hasta 1865- con el propósito de defender la hegemonía étnica blanca ante la “amenaza” de los esclavos negros que habían obtenido su libertad.

Esta organización se originó en Pulaski, Tennessee, como un club social de los veteranos de guerra confederados que habían combatido en los ejércitos del sur durante la cruenta conflagración. El nombre lo tomaron del griego “kyklos”, que significa “círculo”, y del antiguo término gaélico “clann” con que se designaba en Escocia a los “hijos de la tierra”.

Sin embargo, la entidad se convirtió pronto en un instrumento de la resistencia blanca clandestina contra las tropas que el gobierno federal había enviado a los estados del sur para exigir el cumplimiento de la igualdad racial y de la manumisión de los esclavos, impuestas por los vencedores de la guerra civil.

El primer líder del Ku-klux-klan —que llegó a tener centenares de miles de miembros— fue el general de caballería confederado Nathan Bedford Forrest.

El Ku-klux-klan adoptó una organización apretada, vertical y disciplinada, compuesta por niveles jerárquicos que conformaban una pirámide en cuya cúspide estuvo su jefe supremo, que tomó el nombre de “grand wizard”. Y sus métodos de acción fueron la intimidación y la violencia, con asesinatos, torturas y muertes en la hoguera.

Con sus cuerpos y sus rostros cubiertos con túnicas y capuchas arrolladas en forma cónica, que apenas dejaban agujeros para los ojos, la nariz y la boca, los miembros del KKK realizaban “raids” para matar o golpear a los negros libertos y a los blancos defensores de sus derechos.
Sus propósitos centrales fueron restaurar la supremacía blanca, oponerse a la liberación de los esclavos negros e impugnar la igualdad racial en los Estados Unidos. Su hostilidad se extendió también contra los católicos, los judíos, los extranjeros, los trabajadores organizados y las personas de ideas progresistas.

Pero el Ku-klux-klan forma parte del pasado, aunque queda el ominoso recuerdo de los crímenes y tropelías que, en nombre de la superioridad de la raza blanca, fueron cometidos por la organización racista y fanatizada a lo largo de casi un siglo.

Se calcula que hacia 1925 el KKK había reclutado en sus filas a 4 o 5 millones de ciudadanos norteamericanos. Pero el impulso político, económico y financiero que empezó a surgir en el país desde esa época, el auge de la lucha en favor de los derechos civiles y contra el racismo y la presión de la opinión pública norteamericana produjeron la declinación definitiva del grupo criminal.