La decisión del presidente Nayib Bukele de aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador fue recibido con euforia en El Zonte, una playa de surfistas millenials conocida también como Bitcoin Beach. Desde hace 2 años, este pueblo costero ya estaba utilizando dicho medio de pago para sus transacciones, pero el anuncio aceleró los usuarios de 5 mil a 20 mil.
La controversial medida ha sido la noticia más reciente y publicitada sobre dinero digital. Sin embargo, venía siendo tendencia desde hace varios años. Aquí aclaremos lo que es dinero digital y lo que son las criptomonedas.
El dinero digital es una representación electrónica de valor que cumple con las funciones del dinero: medio de pago, intercambio y acumulación. Es emitido por los bancos centrales que lo respaldan con sus activos y lo registran como sus obligaciones. También puede ser emitido por un ente privado que igualmente debe respaldarlo con activos. En cualquier caso, podría ser convertible en efectivo.
El 60% de bancos centrales en el mundo ya está experimentando con esta tecnología y el 14% ha lanzado proyectos piloto. El Banco Central Europeo está considerando lanzar el Euro digital en 2 años y China está próxima a emitir su Renbimbi electrónico. Países más pequeños como Bahamas y Vietnam se han unido a esta tendencia.
La ola es capaz de transformar los sistemas financieros y los pagos del futuro. Los beneficios son evidentes: transacciones más rápidas, seguras y baratas; mayor inclusión financiera; y flujos de comercio, remesas y transacciones transfronterizas más eficientes. Sin embargo, podría agravar los riesgos de ciberseguridad, fraude y lavado de dinero; reducir la efectividad de la política monetaria al incentivar la sustitución de monedas; y exacerbar la desigualdad al excluir a los no digitalizados.
Las criptomonedas son diferentes. Las más famosas son Bitcoin, Ethereum, Tether y Litecoin, pero hay más de 8500. Son medios virtuales de intercambio, que utilizan técnicas de encripción y trazabilidad para asegurar la seguridad y anonimato de las transacciones. Su emisión es descentralizada, sin un emisor particular, y -en general- no cuentan con activos de respaldo. Son inversiones especulativas y volátiles. En el último año, por ejemplo, el valor del Bitcoin ha pasado de USD 10 mil a un pico de USD 63 500 y luego un desplome a USD 30 mil. Actualmente se cotiza en USD 40 mil.
Dada esta volatilidad, adoptar una criptomoneda como moneda nacional es un atajo no recomendable pues, según el FMI, exacerbaría los riesgos macroeconómicos y financieros. Más grave aún sería emitir una moneda digital sin respaldo (patacón electrónico o patacoin) para financiar a los gobiernos, una iniciativa que afortunadamente fue descartada en Ecuador.