Horror y honor

El policía riobambeño Hugo Marcelo Bonifaz Aucancela es una persona honorable, víctima del horror del 30 de septiembre de 2010.

Hugo tenía siete años cuando murió su madre. El padre, un sargento militar y la abuela materna le educaron a no arrodillarse sino ante Dios, a ser digno y ayudar al prójimo.

Hugo se vino a Quito a estudiar en la Universidad Central. Dos veces, unos ladrones le vaciaron el departamento en que vivía. Decidió, pues, hacerse policía. Era el año 2006.

El 18 de marzo de 2014, Hugo fue detenido en Riobamba ante su mujer e hijita, acusado de magnicidio en grado de Tentativa. Le trajeron a la Cárcel Cuatro de Quito y, a la semana, le llevaron al Nuevo Edificio de Criminalística, donde tres autoridades del Ejecutivo le hicieron la propuesta de que si firmaba un documento en el que pedía indulto al señor presidente y le informaba de que había sido contratado por Guillermo Lasso y los Isaías para integrarse al golpe de Estado que preparaban los policías de entonces, el gobierno le daría 150 mil dólares y tres visas a España, de donde no debía volver jamás. No lo hizo, porque tenía honor y pondría en riesgo la libertad de mil cien policías procesados por lo del 30 de septiembre.

Condenado a 12 años de prisión por el Tribunal Séptimo de Pichincha, sentencia ratificada por el Tribunal Provincial y la improcedencia de casación votada por la Corte Nacional, menos el doctor Javier Saquicela, quien salvó su voto.
Ante todo, Hugo estaba a las ocho y cinco de la noche del 30 S en el grupo de Tránsito Pichincha, en las calles Tamayo y Robles. Estuvo entregando su arma, a lo que están obligados los policías. Hay registro de la entrega. A esa hora el señor presiente de la República salía del Hospital de la Policía. Hubo bala en esa Colina de la Infamia.

Luego, Mario Grillo, un costarricense y aviador comercial, actuó de perito y confundió la foto del policía cabo primero Emanuel Guaira, que había invitado a sus compañeros para su boda nupcial y húmeda. Hugo tomó fotos y las subió a su Facebook. Grillo creyó que Guaira era Hugo.

Concluyó que era muy parecido a la persona que en un video del 30 S gritaba: “Échale bala, ahí va”, pese a que en el examen facial, la nariz del gritón era más pequeña que la de Guaira/ Hugo. Peritos rusos contratados se ríen de Grillo.

Mientras Hugo cumplía la sentencia, su mujer le pedía el divorcio, y la Policía le daba de baja por haber manchado la imagen institucional. Como prisionero ejemplar y haber sido juzgado de acuerdo con el antiguo Código Penal, obtuvo la libertad provisoria al cabo de cinco años.
Horror es sentimiento causado por algo espantoso.

Honor es la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. Horror de esta Justicia cruel. Honor de Hugo Marcelo Bonifaz Aucancela.