Extrañas coincidencias: casi al final del milenio 2000, en nuestro querido Ecuador está en una especie de “orden del día”, el tema de la caja de Pandora. Al mismo tiempo, nos preocupa la muerte cruzada anunciada por el Presidente Lasso.
Pandora fue una de las hijas del dios pagano de la mitología griega: Zeus. Era dueño de todo lo existente. Entre sus descendientes estuvo Pandora, divinidad escogida por él para que haga un trabajo en la Tierra, poblada de seres humanos. Le dio una caja para que la traiga del reino a la Tierra, advirtiéndole que contenía males, daños y penurias y que, por lo mismo, no debía abrirla por ninguna circunstancia.
Pandora cayó en la misma curiosidad de una mujer humana y vivía pensando cual será el contenido de la caja, hasta que un día la curiosidad femenina fue más poderosa y la abrió en un extremo por donde escaparon todos los males que contenía y que afligirían a los seres humanos.
En el curioso reino de Zeus: el más brillante de los hijos varones fue Apolo y la más hermosa de las hijas, Afrodita. No es extraño para nosotros el héroe Aquiles, invulnerable, excepto en su talón; y el dios encargado de los mares, ríos y todo lo que es agua en nuestro planeta, llamado Poseidón.
Ahora, el anuncio de la muerte cruzada no es leyenda mítica griega. Está escrita en la Constitución, Art. 188, que faculta al Presidente de la Republica… “disolver la Asamblea Nacional cuando, a su juicio, ésta se hubiera abrogado funciones que no le competen”… Con un decreto del Presidente muere la Asamblea y los legisladores se van a sus casas. Pero como la muerte es cruzada, el propio Presidente también entra en peligro, porque el Consejo Nacional Electoral… “convocará para una misma fecha a elecciones legislativas y presidenciales para el resto de los respectivos períodos”.
¿Qué podría pasar en aquellas elecciones? ¿Que tal si varios “muertos” de la Asamblea retornan triunfantes en dichas elecciones, con toda su carga de venganza? La única manera es que el Presidente triunfe en el torneo para que continúe. Si no también le afecta la muerte cruzada.
La Asamblea es una especie de reino de Zeus: sus componentes están alineados en lo que llaman bancadas y deben acatar instrucciones de los directores que, desde dentro de la Asamblea o desde fuera, se encargan de la dirección que deben dar a su función, según sus propias creencias o intereses.
Si retornan gracias al voto popular de los “más humildes” (cuya calificación corresponde a la señora Presidenta Llory) no deberán ejercer viejas prácticas, como los “camisetazos”, para pasar de un partido a otro; dejarse tentar por el famoso “plato de lentejas” y, lo más tentador, por el hombre del maletín lleno de billetes. Han cambiado los tiempos y todo está más caro: en lugar de maletín funcionaría una maleta con ruedas.