Las vacunas pueden salvar la vida, pero hay escasez de vacunas. ¿Cuáles son las vidas más valiosas, quiénes deben vacunarse primero? La pregunta correcta es, quiénes son los más vulnerables o cuáles son las vidas más amenazadas. Si se hubieran hecho la pregunta correcta, no estuviéramos escandalizados, ni los funcionarios que abusaron del privilegio estuvieran pasando vergüenza; aunque algunos solo están escandalizados de que alguien se haya escandalizado.
En Argentina se llaman vacunas VIP, en Perú vacunas de cortesía, en España les llaman los vacunajetas. Algunos políticos dijeron que se vacunaban primero para desvanecer la campaña en contra de las vacunas. El presidente Fernández de Argentina dijo que se vacunaron él y la vicepresidenta y no sé cuántos más porque había periódicos que decían que la vacuna rusa era mala y que estaban repartiendo veneno. Luego dijo que no hay ningún delito que condene saltarse la fila de la vacuna y ponerse adelante y, por último, soltó: dejen ya la “payasada” de investigar lo de las vacunas.
Los gobiernos han manejado la pandemia y la vacunación con manos redondas. Resulta comprensible que alcaldes o instituciones privadas quieran remediar la situación, pero, hay que tomar precauciones. Un alcalde que está impedido de salir del país ofrece comprar vacunas para salvar vidas. Un político aseguró que había hablado con el presidente Fernández y que nos garantizaba las vacunas. Si Argentina ha podido vacunar solo a 1,4 de cada 100 habitantes, según Andrés Oppenheimer, ¿cómo podría ofrecernos vacunas? ¿Gallinas que no tienen agua que beber invitan patos a nadar, como dice el dicho popular?
Los laboratorios que producen las vacunas no pueden cumplir los compromisos asumidos porque no tienen suficiente producción. Incluso la Unión Europea, que aportó miles de millones para la investigación, tiene ahora dificultades con las farmacéuticas porque no cumplen los compromisos.
Nuestro Gobierno, que parece dispuesto a ceder la responsabilidad de la vacunación, debe saber que existe un mercado negro de vacunas. El Ministro de Salud de Alemania ha confirmado que recibió, de intermediarios privados, la oferta de cien millones de vacunas, Italia también recibió de un comerciante brasileño la oferta de un millón de dosis; a la república Checa llegaron supuestos intermediarios de las farmacéuticas. Todas fueron rechazadas en Europa. No sería extraño que aparecieran en Latinoamérica esas ofertas.
Las farmacéuticas aseguran que, mientras dure la pandemia, solo negociarán con gobiernos y que no tienen intermediarios. Los expertos dicen que podrían ser vacunas con agua salada, vacunas robadas en las plantas o desvíos de las cadenas de producción. Concluyo con la prevención hecha por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen: “quien compre vacunas en el mercado negro asumirá toda la responsabilidad si algo sucede”.