¿Motivos para el optimismo?

La pandemia y la crisis económica están dejando pérdidas humanas, dolor y desempleo. La campaña electoral está por empezar y presagia ser más tóxica y demagógica que de costumbre. Los escándalos de corrupción carcomen la confianza en políticos, empresarios e instituciones.

Con tantas malas noticias, ¿nos unimos a la frase (atribuida) a Mafalda “paren el mundo que me quiero bajar” o hay algún motivo para estar optimista? Al tiempo de expresar solidaridad a quienes han sufrido y gratitud de quienes podemos seguir adelante, existen al menos 5 buenas razones para ser positivos:

1. El acuerdo con el FMI es inédito y junto con el apoyo de los organismos multilaterales y la renegociación de la deuda externa privada dan un importante respiro de liquidez. La economía empezará a destrabarse y se espera que los efectos multiplicadores de estos recursos se vean en el bolsillo de los ciudadanos, incluyendo las transferencias a la población más vulnerable.

2. Lo más grave del colapso económico parece haber quedado atrás. Luego de tocar fondo en el segundo trimestre, hay signos de un rebote. De acuerdo con la consultora Proestudios, julio es el primer mes desde el inicio de la pandemia en el que el indicador de actividad económica ha aumentado en 0.1%, bajo pero positivo al fin. Esto es consistente con la recuperación en la recaudación del IVA y las ventas.

3. En medio de circunstancias globales adversas, el sector externo ecuatoriano ha registrado una expansión impensada. En los primeros 7 meses del año, las exportaciones tradicionales crecieron en casi 10% y las no tradicionales en 6%. Ello ayudó a compensar el desplome de casi 50% de las exportaciones petroleras y conseguir un superávit comercial de más de USD 1 500 millones.

4. El sector financiero ha mantenido su liquidez y solvencia. Los depósitos del público se recuperaron y ya han superado su máximo nivel histórico. Este comportamiento ha contribuido a fortalecer la confianza en la dolarización. Si resistió esta crisis, parecería que puede enfrentar casi cualquier embate.

5. Frente a la adversidad, los ecuatorianos han mostrado su creatividad y capacidad de emprendimiento, aprovechando la tecnología y adaptándose con flexibilidad al encierro. Clave ha sido la solidaridad mostrada en las comunidades que no solamente han apoyado a las familias golpeadas por la pandemia, sino que han desarrollado mecanismos de producción y mercadeo que han permitido alimentar a las ciudades.

Ahora bien, ser optimista no significa ser ingenuo. La situación sigue muy compleja y la consolidación de las finanzas públicas y la reactivación económica serán muy difíciles. De esta crisis, Ecuador y América Latina saldrán más pobres, desiguales y endeudados. Esto requerirá algo más que optimismo, pero por algo se empieza…