Concertación

Concertar —del latín “concertare”, que significa concordar, convenir, acordar, pactar, ajustar— es una acción muy importante en la vida política puesto que armoniza las opiniones, los actos y las conductas de los gobiernos, partidos, gremios, sindicatos y demás actores de la vida pública.

Las concertaciones pueden hacerse en el gobierno o fuera del gobierno. Ellas sirven para superar contingencias nacionales y para que partidos políticos de diferente y hasta adverso signo ideológico puedan juntarse con el propósito de superar circunstancias graves y difíciles de orden interno o internacional.

Los gobiernos de concertación suelen surgir ante problemas cuya solución demanda la disminución de la confrontación política y la apertura e impulso de acuerdos y acciones mancomunadas.
Esas son las concertaciones de gobernabilidad. Y las concertaciones fuera del gobierno buscan sumar fuerzas para adelantar proyectos o llevar de mancomún acciones de oposición a un régimen, a una tesis, a un programa gubernativo o a un proyecto.

Entre los casos de concertación política en la historia más o menos reciente puede mencionarse el que se dio en España el 17 de agosto de 1930 —tras la sangrienta guerra civil— bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera, en que se juntaron en la ciudad de San Sebastián las fuerzas republicanas de izquierda y derecha para terminar con el régimen monárquico de Alfonso XIII y proclamar la república como forma de gobierno. Fue éste un caso de concertación emblemático, que impulsó el nacimiento del “Partido Socialista Obrero Español” (PSOE) y que abrió en España una nueva era histórica.

Otro proceso de concertación importante fue el colombiano —el llamado “Pacto Nacional” celebrado por los partidos Liberal y Conservador para combatir la dictadura militar del General Gustavo Rojas Pinilla— que dio a Colombia un amplio período de paz y acercamiento democrático.

A finales de los años 80 se creó en Chile la “Concertación de Partidos por la Democracia”, de la que formaron parte el Partido Socialista, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Radical Socialdemócrata y el Partido por la Democracia, para emprender la dura y peligrosa lucha contra la funesta dictadura fascista del General Augusto Pinochet, que inundó de sangre las ciudades y los campos chilenos.

En octubre del 77 se firmaron en España los denominados “Pactos de la Moncloa” entre sus fuerzas políticas con el fin de aprobar y dar a España una Constitución e iniciar el programa democratizador que deje atrás la negra y sanguinaria era franquista.

Hay que tener claro que el falangismo español fue la versión ibérica del fascismo, que se formó en los años 30 y que llegó al poder con la dictadura de un oscuro oficial llamado Francisco Franco Bahamonde.

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