El caníbal

El Mundial de Fútbol, el evento más popular en todo el mundo, incluyó la noticia más sorprendente de la semana: la mordida que la estrella uruguaya del fútbol, Luis Suárez, le propinó al jugador italiano Giorgio Chiellini. La FIFA le ha castigado al jugador, conocido ahora universalmente como “el caníbal”, con nueve partidos internacionales de suspensión y cuatro meses de alejamiento de toda actividad relacionada con el fútbol.

El episodio ha dividido a los hinchas en tres grupos. En el primero están los que no vieron nada, ninguna mordida; en el segundo grupo los que piensan que se trata de algo normal dentro de un juego competitivo y en el tercero los que consideran una conducta antideportiva que merecía sanción.

En Uruguay, Suárez está considerado un héroe pues le dio a su Selección el pase a la siguiente etapa del Mundial. Se convirtió en asunto de Estado cuando el presidente Mujica hizo el contradictorio comentario, primero con la negación: “Yo no vi que Luis Suárez haya mordido a nadie”, y luego con la exculpación: “No lo elegimos para filósofo, ni para mecánico, ni para tener buenos modales. Es un excelente jugador”.

La FIFA salió mal parada también por la sanción exagerada y populista pretendiendo mostrarse estricta con los jugadores, en defensa del juego limpio, mientras hace oídos sordos a las denuncias de corrupción entre sus miembros.

En Inglaterra, que resulta de paso, sancionada con la suspensión a uno de sus jugadores, las encuestas revelaban que había consenso sobre la sanción. Un 34% consideró que era una sanción justa, 48% la consideró muy débil y solo un 18%
la consideró demasiado dura, según encuesta realizada por el diario The Guardian.

El caníbal ha dado que hablar a los sicólogos que ensayan explicaciones para la inclinación compulsiva a hincar el diente; a los humoristas que han hecho escarnio de la estrella y a los extremistas como los defensores que sostienen que no hubo la tal mordida y presentaron fotos trucadas con Photoshop para simular las huellas de la dentellada, mientras otros, también con Photoshop, trataron de hacer más visibles las huellas, como se pudo ver en el diario Mirror de Inglaterra.

En Ecuador, el mordisco de Suárez le arrancó a la realidad dos noticias extraordinarias que pasaron desapercibidas: la presentación a la Asamblea Nacional del Código Financiero que tiene que ver con el problema que más asusta al Gobierno y a la oposición y la presentación del proyecto de enmiendas constitucionales a la Corte Constitucional para que autorice que se apruebe a mano alzada en la Asamblea.

En las enmiendas hay de todo, desde la posibilidad de “legalizar” la Ley de Comunicación introduciendo en la Constitución lo que ya metieron en la Ley, hasta temas que harán de vaca madrina para manejar al toro bravo que es la reelección indefinida. La mordida del caníbal llegó hasta Ecuador.