El atraco de la década

De dos plumazos se llevaron USD 9000 millones de los afiliados al IESS durante el gobierno anterior, específicamente a partir del 2015. El nuevo estudio actuarial del fondo de pensiones del IESS no solo ha revelado que faltará dinero para el pago de las pensiones a futuros jubilados, algo que era previsible por los cambios demográficos en la población ecuatoriana.
También ha cuantificado el impacto de dos decisiones tomadas durante el anterior gobierno, cuando Richard Espinosa estuvo a cargo de la administración del Seguro Social y Rafael Correa era presidente de la República.

La reducción temporal del porcentaje del aporte para el fondo de pensiones, pero sobre todo la eliminación de la contribución estatal del 40% para el pago de pensiones jubilares fueron letales para el fondo de pensiones, lo cual fue posible porque el gobierno anterior mantenía el control de todos los poderes del Estado.

Correa repetía en cada sabatina que el gobierno no gastaba mucho sino que invertía mucho. Y con esa cantaleta echó mano de toda la liquidez que estuvo a su alcance. Desmontó los fondos de liquidez, se gastó toda la plata del ‘boom’ petrolero, contrató más deuda pública, comprometió el petróleo con China, utilizó el oro de la reserva monetaria para obtener más recursos y saqueó el fondo de pensiones del IESS.

La eliminación del 40% del aporte estatal fue devastador para el fondo de pensiones. El Seguro Social se quedó con menos recursos estatales, pero tuvo que seguir pagando las pensiones a los jubilados. Para cumplir con esa obligación legal comenzó a utilizar los ahorros. Es decir, la atención a los actuales pensionistas fue cubierta con la plata de los futuros jubilados. Eso equivale a ir vendiendo por partes la casa para pagar los gastos de alimentación y salud de una familia. Llegará el día en que ya no habrá casa y esa familia se quedará en la calle.

La eliminación del aporte del 40% se materializó cuando la Asamblea aprobó la Ley de Justicia Laboral y Reconocimiento del Trabajo No Remunerado del Hogar, en abril del 2015. Los asambleístas del correísmo fueron cómplices en el atraco al IESS. En lugar del subsidio del 40% aprobaron un artículo en el cual se mencionó que el Estado garantizará las pensiones “cuando haga falta”.

Pero cuando hizo falta no hubo ese aporte, porque la historia dice que en períodos de crisis los Estados no suelen tener suficientes recursos. Y por eso el IESS debió usar alrededor de USD 1 700 millones anuales de sus horros para pagar las jubilaciones.

Si bien la Corte Constitucional declaró inconstitucional la eliminación del aporte estatal del 40% y obligó a restituirlo en el presupuesto del Estado a partir del 2019, no dijo nada sobre los aportes que no se realizaron desde el 2015. Es decir, esos recursos se perdieron y pusieron en riesgo las pensiones de los futuros jubilados. Y los responsables del atraco más grande a los afiliados al Seguro Social siguen libres.

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