Los abusos y/o errores posibles en cualquier modelo, con las insatisfacciones que nunca estarán ausentes, conduce a que lo que ha aparecido como un modelo en apogeo, en menos o más tiempo, sea precipitado a su decadencia.
Giovanbattista Vico (1668-1744), identificó ciclos en los procesos de la humanidad: “ Corsi, ricorsi”. La historia evidencia el retorno cíclico de épocas, flujo y reflujo, avances y retrocesos, marchas y contramarchas. Como que cada época, en su desarrollo, lleva implícita su propia degradación.
Lo vivimos dramáticamente, en América Latina, en el siglo XXI, con la posibilidad de estar condenados a siempre pasar de extremo a extremo.
El caso Brasil lo evidencia, de ser la cuna del Foro de Sao Paulo, con el liderazgo regional de Lula da Silva, la figura del socialismo siglo XXI, se pasó al gobierno fascista de Jair Messias Bolsonaro, enero del 2019. Ahora hay una elevada posibilidad de que Lula pueda regresar, mediante elecciones libres. Y está el caso de Argentina, de los doce años de los Kirchner, 2003 al 2015, al que sucedió su opositor Mauricio Macri, derrotado en las urnas el año 2019. Los círculos de poder y las denuncias de corrupción se han evidenciado, en una y otra línea.
En los casos de Venezuela – con la sucesión de Chávez y Maduro por más de 22 años, año 1999- y Nicaragua -14 años de Daniel Ortega, desde el inicio de su segundo gobierno, año 2007- sus gobernantes han preferido asfixiar las opciones electorales de sus opositores, con lo cual sus procesos “democráticos”, no son tales, porque siempre los orientan a perpetuarse en el poder.
En el caso de Chile, post Pinochet, 1990, tal parece que las clases políticas, económicas y sociales, habían admitido que el modelo neo – liberal inicial era reformable y que no requería quiebres. El levantamiento de sectores sociales en octubre del 2019 -29 años después- evidenció su agotamiento. Las recientes elecciones para la Constituyente y para gobiernos locales, evidencia la fuerza de la izquierda. La designación más publicitada es la de la Alcaldesa de Santiago de Chile, Raci Hassler, activa militante comunista de 30 años de edad. “He pateado la calle lo suficiente para plantear los procesos de transformación social que necesita Santiago”,
La violencia en Colombia, que es muy contagiada por el narcotráfico, ya lleva semanas. Ni el retorno de “ejércitos” sesgados de izquierda, ni el “paramilitarismo” de derecha requiere Colombia. En Perú se han enfrentado en elecciones los extremos, ¿qué pasará con el cierre formal del escrutinio de segunda vuelta?
En el Ecuador, la percepción positiva de Lasso Presidente es superior a la de Lasso candidato. En la propia gestión de Gobierno, se viene liberando de sesgos ideológicos.