La Ministra de la Producción tiene razón al decir que más personas han empezado a buscar empleo en el país, algo muy típico de los países que han empezado un ciclo de menor crecimiento económico. Sin embargo, se equivoca al asegurar que el Gobierno está trabajando para generar una mayor demanda de plazas de trabajo.
Ese trabajo del Régimen no se refleja en las cifras laborales del primer semestre del 2015, cuando cerca de 400 000 personas se incorporaron a la Población Económicamente Activa, es decir, han empezado a buscar trabajo porque el ingreso familiar se ha reducido. En esa tarea están amas de casa, estudiantes, jubilados, etc.
Y como la demanda de trabajadores no muestra señales de vida, la opción que queda es trabajar en cualquier cosa, así sea en empleos que rinden menos del salario básico, sin afiliación al IESS o por menos de las 40 horas semanales, que es lo que manda la ley.
Por eso el empleo inadecuado en el país bordeó cerca del 50% en junio pasado, casi tres puntos más respecto a un año atrás. Y si bien la tasa de desempleo no ha cambiado de manera significativa en este período, la calidad del empleo sí muestra un deterioro.
Ante la desaceleración económica que se registra en el país, debido a la falta de combustible en el motor del gasto público, se esperaba que el Gobierno genere los incentivos necesarios para que la inversión privada empuje el crecimiento económico del país, o al menos amortigüe la caída.
Pero la incertidumbre que generaron los proyectos sobre Plusvalía y Herencias a finales de mayo pasado ha paralizado los proyectos de inversión del sector privado. Luego de casi dos meses la incertidumbre continúa y es de esperar que el deterioro del empleo siga en el tercer trimestre del presente año.
La receta de la Ministra de la Producción ante la actual situación es acelerar la tasa de crecimiento del empleo. Obvio. El tema es cómo se logra eso y en qué tiempo. Ahí está un tema para el diálogo nacional con los empresarios, que aún no empieza.