Ecuador necesita enviar señales positivas al mercado internacional con el fin de contrarrestar la información de las últimas semanas, que ha llevado el riesgo país de Ecuador otra vez sobre los 1 000 puntos. En las actuales condiciones, cualquier operación de financiamiento en el mercado internacional resulta inviable, además que ahuyenta la inversión extranjera.
Aunque a finales del 2019 la situación pareció normalizarse, luego de la aprobación de la reforma tributaria, el 2020 empezó con un escenario internacional complicado, básicamente por los efectos del coronavirus en China, un país que represente al 18% del PB mundial y que tiene la capacidad de alterar el crecimiento global.
El coronavirus se ha propagado en varias direcciones. Por un lado, ha hundido los precios del petróleo, principal producto de exportación de Ecuador y sostén de las finanzas públicas. La caída ha sido de USD 10 desde inicios de año y es probable que pueda bajar aún más, ya que las aerolíneas están demandando menos combustible y un buen número de fábricas chinas operan a medio gas debido a la cuarentena por el virus, lo cual también reduce el consumo de petróleo. Por otro lado, los países que venden a este país pueden ver afectadas sus ventas debido al menor consumo que supone la cuarentena, mientras que las compras a China están sufriendo retrasos por la misma situación.
En el frente interno los riesgos son mayores, porque hay la necesidad de reformas estructurales y hay mucha resistencia ciudadana para aceptarlas. El Gobierno tiene poco apoyo de la población y los partidos políticos prefieren pensar en las elecciones del 2021, lo cual deja poco espacio para cumplir con las reformas acordadas con el FMI y otros multilaterales. El programa con el Fondo acaba en el 2021 y será necesario un nuevo acuerdo para afrontar los vencimientos de bonos en 2022.
En medio de este escenario de riesgos, el presidente Lenín Moreno se reunirá con su homólogo estadounidense Donald Trump, un amigo personal de la flamante embajadora de Ecuador en Washington, Ivonne Baki. El Gobierno quiere aprovechar la cita para retomar un acuerdo comercial con Estados Unidos, un tema que quedó trunco en el gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005) y que fue olvidado hasta noviembre del 2018, cuando ambos países reactivaron el Consejo de Comercio e Inversiones.
Si bien la cita también incluirá temas de cooperación cultural, académica y de seguridad, el tema económico es una prioridad. Un acuerdo comercial con la primera potencia económica permitirá fortalecer ese mercado y poner en igualdad de condiciones a los exportadores nacionales frente a otros que ya tienen beneficios arancelarios allí. Pero sobre todo, impondrá la presión que se necesita en Ecuador para llevar adelante reformas estructurales pendientes, obligando a los actores políticos a definir una agenda interna a favor de la competitividad, la seguridad jurídica y el empleo.