Olivia Sievers, una azafata alemana, adoptó a un perro que la siguió en Argentina. Foto: Facebook/ Olivia Sievers.
Por su trabajo como azafata, la alemana Olivia Sievers viajaba a Argentina constantemente. A inicios de este 2016 se cruzó en Buenos Aires con un perro callejero que la comenzó a seguir. En agosto, el can se convirtió en su mascota.
En su primer encuentro, Sievers intentó perder al perro de vista. Según dijo al Noticiero Trece de Argentina, lo hizo porque no quería que se apegara a ella. “No hubo suerte. El perro la siguió por todas partes y ella pasó tiempo alimentándolo y jugando con él”, afirma el portal CNN en Español.
El can, según contó Sievers a Noticiero Trece, “estaba muy contento de que alguien le prestara atención. Realmente necesitaba un amigo”. Es por eso que cada cierto tiempo, el perro regresaba al hotel y esperaba a Olivia, pues ella le daba amor, atención y alimento.
El problema de la amistad que habían entablado Forest y Olivia es que ella tenía que volver a Alemania o viajar a otros destinos. Desde su país natal, la azafata se contactó con la organización Mascotas Puerto Madero Adiopciones Responsables y les pidió que, si veían al perro allí, se lo llevaran para que no pase hambre y frío.
Pese al deseo de la organización de ayudar al can- al que llamó Forest-, él estaba empeñado en reunirse con Olivia y se escapó de un hogar que lo había acogido. Lo hizo para ir nuevamente al hotel en el que Olivia se hospedaba cuando visitaba Argentina y allí esperó por ella.
Rubio, un perro callejero de Argentina, esperaba a Olivia Sievers en la puerta del hotel en el que ella se hospedaba cuando viajaba a Argentina. Foto: Facebook/ Mascotas Puerto Madero Adopciones Responsables.
La perseverancia del can y sus ganas de quedarse con el humano que él había elegido hicieron que Olivia finalmente decida adoptarlo. Empezó a hacer los papeles para que él pueda viajar y ,con la ayuda de la organización, Forest abordó un avión el 4 de agosto de 2016 y llegó a Alemania el 5 de agosto. Ahora su nombre es Rubio.
El can aterrizó en el aeropuerto de Frankfurt y, luego de pasar por varios controles veterinarios, se encontró con el marido de Olivia. Ella no pudo ir a recibirlo porque estaba enferma. Cuatro horas después del aterrizaje, Olivia y Rubio se encontraron.
Desde entonces, Olivia le envía constantemente a la organización imágenes y videos de Rubio quien ahora juega con Enzo y Barchen, otros dos perros que ya vivían junto a Olivia. Muchas de estas fotografías son compartidas por la organización en su página de Facebook.
Cada una de las publicaciones se llena de mensajes de agradecimiento hacia Olivia pues, gracias a ella, la vida de este perro que solía vivir en las calles cambió para siempre.
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