El volante Jhonny Quiñónez sigue las huellas de su padre

El volante Jhonny Quiñónez en sus entrenamientos realizados en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, de Aucas. Foto: David Paredes/ EL COMERCIO.

El volante Jhonny Quiñónez en sus entrenamientos realizados en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, de Aucas. Foto: David Paredes/ EL COMERCIO.

El volante Jhonny Quiñónez en sus entrenamientos realizados en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, de Aucas. Foto: David Paredes/ EL COMERCIO.

Si algo le gusta destacar a Johnny Quiñónez de su trayectoria futbolística es su constancia y disciplina. El volante de 19 años de Aucas fue uno de los pilares del ascenso el año pasado, junto con Diego Palacios y Michael Jackson Quiñónez.

Quiñónez nació el 11 de junio de 1998 en el barrio quiteño de Chimbacalle, en el sur de la capital. Sin embargo, su niñez la vivió en San Lorenzo, cantón esmeraldeño de donde son oriundos sus padres Jhonny Quiñónez y Viviana Ruiz.

Ellos, junto al empuje de su abuelo, Lidoro Ruiz, fueron quienes lo convencieron de iniciar una carrera en el fútbol, como una continuación de la herencia que le dejó su padre, quien militó en el Deportivo Quevedo, U. Católica y Espoli.

De hecho, fue parte de la plantilla policial que diputó la Copa Libertadores de 1996, que obtuvo dos históricos triunfos sobre Olimpia y Cerro Porteño de Paraguay, para clasificarse a los

Jhonny hijo inició su carrera en Norteamérica bajo el mando del entrenador Roger Terán; aunque Manuel Mendoza fue el estratega que descubrió que él se podía tener un mejor desempeño como volante central. “Antes jugaba como delantero, por eso tengo esa vocación ofensiva de buscar el arco, cuando se presenta una ocasión”.
En 2014 y 2015 fue parte del Deportivo Azogues que dirigió el albanés Febrón Ziu, con quien Quiñónez aprendió más del oficio de marcar y volcarse al ataque. En 2016 pasó a filas de Aucas , donde disputó ocho partidos y anotó un gol. “Fue una sorpresa para mí cuando el día del partido ante Delfín, Carlos Ischia me dio la titularidad. Jugábamos de local y tenía que manejar la presión de la hinchada”.

Para él, lo más duro que vivió en el fútbol fue el descenso en aquel año, pero a su vez, ese hecho resultó ser un revulsivo para encontrar una revancha en el 2017, con el retorno a la Serie A. “Nos propusimos una meta como equipo, luego de la frustración del 2016 y lo logramos en Ambato y ante Técnico Universitario. El retorno a Quito fue cantando y bailando”, recuerda.

El rendimiento del 2017 en Aucas lo catapultó a la Selección Sub 20. Javier Rodríguez lo citó para jugar el Mundial que se disputó en Corea del Sur. Inició como titular ante Estados Unidos, pero luego fue relegado a la suplencia. De aquel equipo, aún mantiene contacto con Juan Nazareno de Independiente del Valle. Coincidió en aquel seleccionado con Joao Rojas, Wilter Ayoví y Bryan Cabezas.

Quiñónez sonríe cuando le comentan que él y el lateral Diego ‘Chiqui’ Palacios son considerados las joyas de Aucas. Antes de cada entrenamiento, confiesa que se encomienda a Dios para planificar mejor la semana.

Su vocación de buscar el gol hace que en cada práctica sea de aquellos que se queda unos minutos más para perfeccionar su remate de media distancia y los tiros libres. Es de los que apuntan a los ángulos del arco. “Soy joven aún y tengo cosas por aprender. Espero que estos ensayos en el futuro le sirvan al club”.

Al final del entrenamiento, confiesa que un buen descansar le permite recuperarse de los entrenamientos. Otra de sus aficiones es dedicarle un tiempo importante a jugar el videojuego FIFA 18.

Quiñónez dice que este año espera aprender más de los nuevos jugadores que llegaron al club, como Fernando Hidalgo, Mario Rizotto, y Henry León, para seguir mejorando en su posición. “Este año estamos muy unidos, los nuevos compañeros se han acoplado de buena forma. Queremos hacer un buen campeonato para poder clasificar a un torneo internacional”, destacó.

Quiñónez es uno de los jugadores que esta tarde (19:30) alineará Luis Soler para enfrentar a Guayaquil City en el estadio Monumental, ante la lesión de Juan José Govea.

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