Entre los ocho mejores tenistas de Roland Garros suman 84 cuartos de final en Grand Slam disputados. El argentino Tomás Etcheverry es el único que no aporta ninguno a esa lista y llama a la puerta de las semifinales frente al alemán Alexander Zverev.
A sus 24 años, el tenista de La Plata no solo ha logrado dar la sorpresa en el torneo francés si no que es el único que ha alcanzado esta altura de la competición sin perder un set, junto con el serbio Novak Djokovic.
Etcheverry, el intruso
Por eso y por la calma que desprende en la pista desde que llegó a París, Etcheverry ha levantado cierta expectativa y su nombre no aparece como el de un intruso entre los mejores del torneo.
El argentino vive la temporada de su eclosión, tras haber colocado su tenis en una nueva dimensión técnica y, sobre todo, mental, que le llevan a disputar a fondo cada punto, evitando toda desconcentración que le saque de la pista.
Así ha ido barriendo a rivales de la talla del australiano Alex de Miñaur y del croata Borna Coric, dos top-20, además del japonés Yoshihito Nishioka, un top-30.
Ahora, el torneo le pedirá un salto más de calidad, tanto por el ranking del rival, favorito 22, como por el currículum que presenta.
El rival de Etcheverry
Zverev aporta 9 cuartos de Grand Slam a la estadística, y solo dos derrotas en esa fase de la competición, ambas en Roland Garros, pero en las dos últimas ediciones alcanzó la final, la del año pasado tristemente abrupta para él, porque se torció el tobillo y tuvo que abandonar frente al español Rafael Nadal, lo que le costó cinco meses de ausencia de las pistas.
De retorno al alto nivel, el germano solo se ha dejado un set camino de sus quintos cuartos en París y su tenis recuerda ya la estampa desgarbada del campeón que es.
Sobre el papel, el duelo tiene un claro favorito y el propio Etcheverry reconoce que la experiencia cuenta del lado del alemán, pero avisa del gran nivel que está demostrando y que a entusiasmo no le van a derrotar.
Etcheverry juega con Zverev
El partido de Etcheverry ante Zverev será este 7 de junio del 2023, a las 08:00, en la cancha de la Philippe Chatier, en París.
“Hay que confiar en uno mismo y pensar que se le puede ganar”, aseguró el de La Plata nada más lograr su clasificación para cuartos, sin tiempo todavía para analizar el duelo que le queda.
Un sueño para Etcheverry que asegura que Roland Garros corre por sus ventas, que bautizó a su perro con el nombre del Grand Slam de tierra batida y que toda su vida lleva persiguiendo una cita así.
Al menos desde los cinco años, cuando sus abuelos, que están con él en París, le regalaron una raqueta mientras pasaba con ellos unas vacaciones en Cariló y el joven Tomás se pasaba las horas golpeando la bola.
Cuando regresó con sus padres, ambos abogados, pidió que le inscribieran en clases de tenis y comenzó ahí una carrera que hasta este año se había mantenido algo estancada.
El entrenador Walter Grinovero se hizo cargo de él y dio un giro a su tenis, tanto en lo técnico como en lo mental.
Así, los éxitos en torneos de segunda fila dejaron paso a otras más importantes, como la final de Santiago y la de Houston, este mismo año en el que ingresó entre los 50 mejores del mundo.
Ahora, el de La Plata se encuentra entre los mejores de un torneo de la talla de Roland Garros. Lejos queda ya la broma de 2016, cuando lograba su primer punto ATP y posaba en redes sociales con un cartel dirigido a su ídolo: “Etcheverry 1, Djokovic 12 900. Me faltan 12 899”.
Dedicatoria de Etcheverry a su hermana
Tras el partido, el tenista argentino festejó en la cancha y le dedicó el triunfo a su hermana, que falleció el año pasado de cáncer, según el reporte que hizo el periodista Dino García, en la transmisión radial y por Instagram, con Kenny Castro, que cubren el primer Grand Slam del año.
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