Sarayaku forma futbolistas en medio de la selva

Mario Santa (izquierda) y Félix Santi (derecha) entregaron balones a los pobladores de la comunidad.

Los niños y jóvenes del Pueblo Originario Sarayaku afinan su técnica con el balón los fines de semana. Los entrenadores de la escuela de fútbol del Club Deportivo Sarayaku les enseñan a tener dominio sobre el esférico y a desplazarse en el campo de juego.
Los instructores los ubican en grupos, en la plaza central o en el estadio de tierra de la comunidad, asentada en las proximidades de las riberas del río Bobonaza, en Pastaza. Las prácticas se desarrollan entre risas y conversaciones de los niños en kichwa y español.
Los talentosos cazadores y cuidadores del bosque intentan rematar con fuerza el balón. Otros se desplazan con agilidad por los campos de arena y por el fango, en algunos casos. La lluvia no es impedimento para entrenarse. José Gualinga, habitante de Sarayaku, comenta que la escuela de fútbol fue creada con dos propósitos.
El mantenerse unidos y estrechar lazos de confraternidad entre las comunidades Shiwa Cocha, Sarayakillo, Cali-Cali, Chontayacu, Maukallacta, Ushillo Urku y Sarayaku Centro. Las siete comunidades se encuentran asentadas en 135 000 hectáreas de la selva de la Amazonía y sus líderes conforman el gobierno Tayjasaruta.
A Sarayaku se puede llegar desde el exterior en avionetas o por vías fluviales, que en sequía toma dos días o más trasladarse. El líder indígena explica que por primera vez en la historia de los pueblos indígenas de la Amazonía se envía un mensaje de vida y defensa de la naturaleza a través del rey de los deportes.
Gualinga comenta que en la actividad deportiva se busca concienciar a los hombres, mujeres y niños sobre la importancia de la Amazonía y sus frágiles ecosistemas. “El fútbol nos une a los pueblos sin distinción de raza y es una gran oportunidad para Sarayaku llevar el mensaje.
Todo esto se desarrolla en un contexto intercultural y con una propuesta distinta para entender el Sumak Kawsay o Buen Vivir”, asegura Gualinga. Para eso, los integrantes del Club Deportivo Sarayaku tomaron el nombre ‘Los hijos del Jaguar’.
El plantel amazónico debutó en la segunda categoría de la Asociación de Fútbol no Amateur de Pastaza, en mayo del 2014. Patricio Mina, exjugador de El Nacional, fue el entrenador que dirigió a los jugadores que vestían camisetas de color vino y con una franja blanca en la manga derecha.
En un extremo de la prenda se encontraba el escudo, que consiste en una lanza, el bastón de mando y una corona con plumas de aves amazónicas.
El equipo debutante logró el vicecampeonato en su primera participación profesional. Eriberto Gualinga, presidente del club, indica que el plantel contó con refuerzos de Esmeraldas, Tungurahua, Pichincha y Guayas. Entre los 20 jugadores que fueron parte del equipo se encontraban Daniel Santi, Braulio Santi, Wio Gualiga y Benjur Viteri.
“Somos Los hijos del Jaguar, de Sarayaku, que llevamos el mensaje de la defensa de la Amazonía. Nuestro objetivo a largo plazo es llegar a la Serie B, con el apoyo de toda la hinchada de Puyo”, dice Gualinga.