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Kevin Freire combinó con éxito el deporte y los estudios

Kevin Freire, nadador con discapacidad visual, se convirtió en abanderado del Liceo Mediterráneo. Foto: Carlos Rojas Acevedo / EL COMERCIO

Kevin Freire, nadador con discapacidad visual, se convirtió en abanderado del Liceo Mediterráneo. Foto: Carlos Rojas Acevedo / EL COMERCIO

Kevin Freire, nadador con discapacidad visual que representó al país en los Juegos Parapanamericanos Toronto 2015, el mes pasado, es también el abanderado del Liceo Mediterráneo y portará el Pabellón Nacional en el Juramento a la Bandera este 26 de septiembre del 2015.

El quiteño de 17 años se se planteó  convertirse en abanderado desde niño y ahora que lo logró está profundamente emocionado.  "Es el reconocimiento a muchos años de esfuerzo", explicó el nadador que portó la tea olímpica en la inauguración del campeonato de deportes de su colegio el año pasado.

Sus estudios los realizó de manera regular, sin consideraciones especiales por su condición física. Así lo certifica Rosa García, autoridad principal del centro educativo que funciona desde hace 18 años.  "Kevin es excepcional. Realmente no necesita de sus ojos para abrirse camino en la vida... recuerdo que llegó tímido y con temor al segundo de básica. Ahora, a punto de graduarse, él no tiene miedo a nada. Estudió normalmente y terminó por su propio esfuerzo como abanderado y es un ejemplo para todos", reconoció la Rectora.

Al no poder ver desde que era un bebé, el quiteño desarrolló aún más sus otros sentidos, pero sobre todo acrecentó la voluntad.
 
En el colegio cuentan que alguna vez ingresó a una oficina y preguntó por las cajas que estaban sobre el escritorio ¿Cómo pudo saber eso? es algo que todavía se pregunta la fundadora del plantel.

Al no poder mirar con los ojos, Kevin añade que se sintió obligado a ser fuerte, a no resentirse por los comentarios de la gente y a no "bajonearse" si algo no le salía bien. 

Conseguir una escuela, donde él pudiera aprender de manera regular, no fue nada fácil. No obstante, una vez que encontró un lugar para estudiar, se dedicó tanto a  los estudios que al poco tiempo sus padres debieron encontrar una actividad deportiva para que él se 'oxigenara' . Fue así que empezó su faceta de nadador en el Club Regatas, uno de los más importantes del país y que funciona en la piscina de San Carlos, al norte de Quito.  

¿Qué tan importante ha sido el deporte en su vida? "Con el deporte me he abierto a otros campos. Me ayuda a demostrar que nosotros podemos hacer todo, que no nos deben hacer a un lado ni excluirnos. Mucha gente ha comprendido esto porque me ha visto nadar".

Aficionado a las mezclas musicales y a Liga de Quito, el seleccionado ecuatoriano de natación reconoció que en sus estudios primarios y secundarios recibió valiosas enseñanzas de la mayoría de sus profesores. Es más, recordó que en algunos casos sus maestros se dieron modos para que él pudiera aprender materias que en principio no parecían factibles como el dibujo técnico. "Me he esforzado mucho, no crea. Muchas malas noches, quemarme las pestañas como se dice (se ríe), pero todo valió la pena porque conseguir ser abanderado es un gran logro para mí", contó la mañana del jueves 23 de septiembre del 2015, apenas un minuto antes de entrar en escena en el repaso del Juramento a la Bandera.

Con sus gafas y su infaltable bastón, Kevin encabezó la fila de los mejores estudiantes del plantel. Lo hizo al lado de otra estudiante, quien lo guió para colocarse en los sitios designados.

Sus compañeros de aulas valoran su esfuerzo. José Ramírez, otro poseedor de una bandera, reconoció que el deportista con discapacidad visual también ha sido importante para ellos porque siempre "puso la vara muy alta". Su buen desempeño en las clases motivó para que sus compañeros se dedicaran más a los estudios.

Kevin y su amigo Christopher Venegas en el Liceo Mediterráneo. Foto: Carlos Rojas / EL COMERCIO

Sus amigos más cercanos cuentan que en ocasiones se enoja con facilidad. Así lo conformó Christopher Venegas, uno de sus mejores amigos. "Puede ser serio y alegre a la vez", explicó.

"Primero quiero graduarme y luego seguir estudiando para sacar el título de abogado porque he visto que todavía hay mucha injusticia. Hay mucho que hacer en el Ecuador, en muchos campos... he conocidos otros lugares que son más inclusivos en los que apoyan a las personas con discapacidad. Aquí, en cambio, estamos empezando. Nos falta trabajar mucho porque todavía hay personas que creen que no se debe dar la misma oportunidad a las personas con discapacidad", contó el abanderado que también pretende clasificar a los Juegos Paralímpicos de Río 2016.