Si solo tienes unos minutos, te lo resumimos en estas líneas:
- Marco Pazos busca solucionar la crisis administrativa y deportiva de El Nacional
- La nueva dirigencia del ‘Bi-Tri’ ha optado por un enfoque empresarial en el equipo
- Uno de los máximos objetivos es ganar la estrella 14 y romper una sequía de títulos de 17 años
Impecable y de traje, afeitado al ras tras perder una apuesta por El Nacional, Marco Pazos asegura que de niño tuvo un sueño y 40 años después lo cumplió. Ahora, como presidente del club, tiene un nuevo anhelo, salvarlo y devolverlo a lo más alto.
La afición le llegó por herencia de su padre, pero aquello no le impidió apasionarse por los puros criollos. A los siete u ocho años, recuerda que pisó el Olímpico Atahualpa vestido con la tradicional camiseta gris. Nunca se volvió a despegar de los partidos del ‘Rojo’ y ese color le quedó para toda la vida.
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Del hincha al dirigente hubo un cambio. El papel de fanático quedó de lado y la vida se transformó en vivir por y para El Nacional desde un nuevo plano. Intenta mantener un perfil bajo y aunque a ratos lo sorprende algún saludo, el pedido de una foto, preguntas o comentarios, nunca se niega. Sabe lo que es estar desde aquel lado, pero se considera uno más del equipo. Independientemente de su figura, él cree que la institución debe ser la que sobresalga.
Se forjó como un hombre de negocios y empresas, ingeniero comercial de profesión. Tenía el cariño por el ‘Bi-Tri’, pero su vinculación era meramente pasional… hasta que las cuestiones del club empezaron a mezclarse con lo profesional. El sueño de la infancia y dos caminos confluyeron en uno: el deportivo empresarial.
“Estaba en dos empresas y estaba tranquilo, pero me di cuenta de que El Nacional estaba en problemas”, relataría al momento de rememorar cómo empezó su camino para liderar la institución.
A la par, dedicado a la docencia, empezó a plantear en sus clases al equipo militar como un caso de estudio. Aquello llevó a generar análisis y mesas. ¿Cuál era el modelo y la estrategia que se debía plantear? ¿Cuáles son los problemas? Eran las preguntas que surgían. Finalmente salió la definitiva: ¿Por qué no lo puedo salvar yo?
El camino de Marco Pazos hacia la presidencia de El Nacional
Cuando tomó el dictamen de involucrarse en el club supo que habría inconvenientes y estaría obligado a salir de su zona de confort. Había analizado puertas adentro y con su familia si era factible. La respuesta a su incógnita de si podía salvar al conjunto fue que sabía cómo hacerlo y debía rearmarlo y llevarlo hacia un sistema empresarial.
—Me voy a ‘emproblemar’ porque estoy bien, pero vamos a meternos en un problema gratis- pensó.
El camino para llegar fue arduo. Tras haber presentado su candidatura, en primera instancia cayó ante la expresidenta del club Lucía Vallecilla, sin embargo, aquel directorio fue inhabilitado por el Ministerio del Deporte y la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Las autoridades deportivas intervinieron a El Nacional y Fred Larreategui –titular de AFNA- fue el encargado de tomar las riendas del equipo por 90 días.
Antes de los comicios, El Nacional ya se encontraba en una crisis administrativa. El club no podía habilitar a su plantilla completa para el torneo 2024 por factores económicos, el bus había sido embargado previamente y los acreedores de deudas aparecían cada tanto.
En las segundas elecciones, Marco Pazos volvió a presentarse y fue el único candidato. Con su triunfo se cristalizó el ideal de estar al frente del club, sin embargo, la realidad con la que se encontró fue peor de la esperada.
El Nacional, rumbo a un modelo empresarial
Cuando arribó, Pazos se topó con un club “hecho pedazos”. A pesar de ello, este señalaría que eso fue una oportunidad para mejorar y mostrar qué es lo que se debía hacer desde años atrás en El Nacional.
Una de las principales estrategias en el proceso de reestructuración fue y es el valor de la marca de la escuadra militar y el sentido de pertenencia del hincha. Con el cuadro, posicionado como uno de los más grandes del Ecuador, se apuesta por recuperar y ‘despertar’ a la hinchada.
Otra de las aristas del dirigente, en una primera etapa, se ha constituido en reparar los errores de las administraciones previas. A su parecer, previamente, faltó profesionalismo, experiencia y conocimiento. Al momento de llegar, no encontró procesos, flujos ni políticas.
“Simplemente se manejó cómo se pudo. No se contrató a gente capacitada para que se pueda elevar el nivel del club y llevarlo hacia un sistema empresarial. Fue manejado rústicamente”, sostiene Pazos.
Con relación al tema económico, factor vital en el nuevo ambiente y contexto del dirigente, surge la deuda del club. El pasivo es de 10 millones de dólares, pero existe un plan para sanear las cuentas.
Para recuperar financieramente al club, el titular de los criollos proyecta establecer un plan de pagos en sus cuatro años de periodo. En el primer año se contempla saldar 2 millones de dólares; en el segundo, 2’5; en el tercero, 2’5; y en el cuarto, 3.
Marco Pazos, a un mes y medio de trabajo
A partir de su llegada, y pese a los conflictos institucionales y deportivos, Pazos y El Nacional han conseguido estabilizarse. El club pudo fichar refuerzos, habilitar jugadores y acercarse más a los suyos.
10 nuevos jugadores llegaron al club y, a su vez, se estableció a Marcelo Zuleta –exDT del plantel- como director deportivo. Los esfuerzos, sin embargo, no han sido suficientes. El factor económico ha impedido inscribir a todas las incorporaciones y al cuerpo técnico de Ever Hugo Almeida, pues se debe justificar los pagos de toda plantilla.
Ante tal situación y en función del trabajo realizado con habilitaciones graduales, la directiva aspira tener a todo su plantel listo para la LigaPro al finalizar abril del 2024. Se espera que lleguen más ingresos a la institución criolla con el cierre de nuevos auspiciantes.
“Hemos tenido la fortuna de que, con el cambio de directiva, los auspiciantes han llegado a nuestro club (…) Estamos revalorizando la camiseta y ofreciéndoles más beneficios. Solo nos faltan dos auspicios, el principal y uno en la espalda. Estamos por cerrar esos dos”, relata Pazos.
Además de las incorporaciones, el dirigente también ha conseguido establecer renovaciones y hacerse con los derechos económicos de ciertos jugadores. Byron Palacios, Adrián Cela, José Ignacion Flor y Darío Pazmiño son algunos de los nombres y se espera hacerlo con más. El objetivo es contar con 30 jugadores propios en un margen de dos años y evitar la fuga de talentos sin que exista un beneficio monetario.
A las acciones se suma la compra, ya aprobada, de un equipo filial de la Segunda Categoría de Cotopaxi, donde jugarán los futbolistas juveniles y sin mayor espacio en el primer equipo. Asimismo, también se está conformando una comisión de fútbol, una escuela de delanteros y se busca que el club sea polideportivo, por lo que próximamente se hará el anuncio oficial de un equipo de ciclismo.
El día a día del presidente de El Nacional
Para todos los proyectos que tiene presentes, Marco Pazos y su grupo de trabajo aumentaron el horario laboral de cinco a ocho horas diarias. A nivel dirigencial, las labores exceden los tiempos.
—Llegará un momento en que las cosas estabilicen y comencemos a regular el tiempo que le dedicamos al club—, reflexiona el directivo tras señalar que no cuenta con un espacio para sí mismo y que su mayor pecado futbolístico ha sido dejar de lado a su familia por las nuevas exigencias.
Después de su llegada se dio cuenta de que no existen días de descanso en su posición. De lunes a viernes se realizan las actividades regulares y los fines de semana implican la planificación para los días de partido.
Son sacrificios que se tienen que hacer, así lo cree el directivo. Para él, esa es la única manera en que se pueden cumplir las metas trazadas y sacar a El Nacional de su bache.
El Nacional sueña con la estrella 14 y Copa Libertadores
El optimismo y los sueños se los permiten aficionados, futbolistas y dirigentes; pero del sueño a la realidad hay un buen trecho de distancia. Pazos ya ha alcanzado algunos y ahora, con la gestión adecuada, cree que es posible tener altos ideales en el horizonte.
A corto plazo, la cruzada es alcanzar un torneo internacional en el 2024. En el lapso de 4 años que tiene para trabajar por El Nacional, una de las cumbres es conseguir la estrella 14 y romper una sequía de títulos que ya lleva 17 años.
La transformación futbolística que se persigue también implica que el ‘Bi-Tri’ vuelva pelear por puestos estelares en la LigaPro. A su vez, aunque la Copa Libertadores luce muy lejana para el presente actual, con la correcta administración, el presidente del ‘Rojo’ considera que puede ser asequible en el algún punto.
—¿Se necesitan refuerzos extranjeros en el equipo?
—No es el momento adecuado— señala al ser consultado sobre si aquello pudiese potenciar el plantel.
Para sentar las bases en la construcción de un futuro exitoso, de igual forma, se realizará una auditoria con relación a los manejos monetarios de la dirigencia previa de Lucía Vallecilla. No hay rencores, sostiene el principal del conjunto militar, y se pagará lo que se tenga que pagar en función de los resultados que arroje el estudio y las deudas de hasta más de dos años que se generaron anteriormente con los empleados.
Al cumplirse el primer semestre de la dirigencia se hará la valoración en torno a los logros, aciertos, errores durante el periodo. En 2027 se sabrá si lo implementado y desarrollado por Pazos resulta en un caso de éxito para El Nacional o mantiene el patrón de las dirigencias previas.