Alex Cora (segundo, izq.), mánager de los Medias Rojas de Boston. Foto: Mike Nelson / EFE
Los Medias Rojas de Boston son los campeones de la Serie Mundial de Béisbol. Y lo hicieron con sobra de merecimientos.
Fue el mejor de la temporada regular con 108 victorias y el mejor de la postemporada: solo perdió un partido de las tres series finales: 3-1 contra los Yankees de Nueva York (al mejor de cinco), 4-1 con los Astros de Houston, por el título de la Liga Americana, y 4-1 con Los Dodgers de los Ángeles, como campeón de la Liga Nacional, en la Serie Mundial.
Este título tiene, por sobre todo, un nombre latino: el puertorriqueño Álex Cora, el mánager. No es el primer hispano en lograr una Serie Mundial con ese cargo. Lo antecedió el venezolano Ozzie Guillén con los Chicago White Sox en el 2005. Pero el caso de Cora se ha vuelto emblemático al hacerlo con los Red Sox.
Al cuadro bostoniano se lo ha criticado por haber sido el más racista del deporte estadounidense y tiene, curiosamente, su par en los Celtics, que también se resistieron a tener afroamericanos en su nómina.
Los Medias Rojas tuvieron un presidente entre 1933 y 1976 que era un ícono de la discrimininación: Tom Yawkey. El equipo fue el último en registrar a un jugador negro en sus filas: Elijah Jerru Green, en 1959. Fue 12 años después de que los Dodgers, que en ese tiempo jugaban en
Brooklyn (Nueva York), ficharan a Jackie Robinson.
Y ese racismo le costó a los Red Sox. Era mediocre deportivamente. Por cuestiones de pigmentación le habían dicho que no al mismo Robinson y a otro que fue, seguramente, el mejor jardinero central de la historia del béisbol de las grandes ligas: Willie Mays.
Pero de esas lecciones aprendieron los Medias Rojas. Su mayores figuras de los últimos años son dos dominicanos afro: Pedro Martínez y, por sobre todo, David ‘Big Papi’ Ortiz. Y ahora es uno de los cuadros con mayor diversidad en toda la Major League Baseball (MLB).
Y en ese contexto, se animó a tener un entrenador latino. Cuando al comenzar la temporada, la contratación de Cora como mánager de los Red Sox sonó a muchos como una reivindicación de ese pasado. Además, luego de constantes protestas de los aficionados, la calle principal del mítico estadio Fenway Park, uno de los más lindos de todo Estados Unidos, debió cambiar de nombre. Ya no se llama Yawkey Way desde el 2017, sino Jersey Way.
Lo que tiene Álex Cora es una alta dosis de inteligencia para este deporte (solo cometió un error al dejar que un pítcher se mantuviera en la loma y que le significó carreras en contra). Ha sido un técnico que ha sabido manejar al grupo en cuanto a la unidad y al compromiso. Y los jugadores lo siguieron porque vieron en él a un hombre solidario.
Cuando comenzaban las negociaciones para que firmara como técnico, no exageró en salarios, premios ni nada. Su exigencia fue que los dueños del equipo gastaran todo en un avión lleno de ayuda para la gente de su isla, Puerto Rico, que sufría por el impacto del huracán María. Ahora, pidió, y así lo aceptaron, llevar a su país el trofeo de la Serie Mundial. Y país está armando una fiesta para su orgullo nacional.
En lo deportivo fue una serie impresionante. En los juegos disputados en Los Ángeles, se llevó a cabo el partido más largo de la historia de la Serie Mundial: 18 entradas, el doble de uno normal. Ganaron los Dodgers 3-2. Pero si se pensó que eso cambiaría el destino por el desgaste de sus pítcheres, no fue así. Se recuperaron del golpe porque los Red Sox, sin duda, son los mejores del 2018.