Pablo Santos hizo salto base en el puente Perrine Bridge, en el condado de Jerome, EE.UU. Su altura es de 148 metros. Foto: cortesía
Los saltos desde alturas de 150 m se han convertido en su pasión. Se califica como un hombre sin miedo y temerario.
Es Pablo Santos, un quiteño de 35 años, quien convirtió esta actividad de ‘hobby’ a deporte.
Para él es común lanzarse desde puentes, montañas, antenas y edificios. Esa actividad le ha originado 21 accidentes, con seis huesos rotos.
Lo apodan el ‘Loco’ Santos, pero él aclara: “No estoy loco. Para hacer esto hay que estar cuerdo, porque estoy consciente de los riesgos”.
Antes de convertirse en saltador era aficionado a las motocicletas. Aquí también, en el 2007, se fracturó la rodilla derecha y para volver a caminar tuvo que ponerse una prótesis.
Después de dos años de rehabilitación, el amor a la velocidad pudo más que sus miedos. Así que visitó varias veces el autódromo de Yahuarcocha, en Otavalo, para motivarse y estar seguro de que la mejor opción para sentirse vivo era comprarse una moto de pista.
En el 2012, Santos hizo su primera aparición en las carreras profesionales de motovelocidad de 600 cm³, en Yahuarcocha, donde corrió con el número 58 y logró su primer título.
Después fue vicecampeón en el 2013; también logró el tercer lugar del Super Bike Perú en el 2014 y se ubicó primero en el Super Bike Ecuador 2015, año en el que se terminaron las carreras de motovelocidad de alto cilindraje, por motivo de seguridad de los participantes.
En ese momento, el ‘Loco’ dejó de correr y se vio en la necesidad de buscar un nuevo deporte. Entre Google y videos encontró el salto base.
Una actividad extrema que consiste en saltar en paracaídas desde una altura baja. Los deportistas suelen hacerlo desde puentes, montañas, antenas y edificios.
Esta disciplina llamó la atención de Santos y su curiosidad lo llevó a cumplir con el primer requisito para empezar a practicar salto base, una modalidad del paracaidismo.
En Ecuador no existe una academia de esta actividad, motivo por lo que viajó a capacitarse a Sebastian, en el condado de Río Indio, en Florida.
En junio del 2016 dio su primer ‘salto tándem’, que consistió en saltar unido a un instructor por medio de un arnés. Después de experimentar este encuentro con las alturas, decidió completar los 150 saltos que se necesitan para ingresar a una academia de salto base.
La siguiente etapa fue conseguir la licencia tipo A, de la Federación Americana de Paracaidismo. Una cartilla que debe ser llenada con 25 saltos avalados por los instructores de esta institución y que tiene validez en todos los continentes.
Después, la licencia tipo B fue necesaria para ganar experiencia en el aterrizaje y el perfecto manejo del paracaídas. Dos habilidades que se utilizan constantemente en el deporte.
Desde el 22 de junio de este año, Santos comenzó con su preparación profesional y ahora tiene más de 240 saltos en paracaídas y 35 en salto base.
“Las personas piensan que cuando uno se lanza de los puentes es porque quiere ‘morir’, pero no. Yo salto porque cada vez que lo hago me recuerda que estoy vivo”, comentó el deportista de 35 años.
Es el primer ecuatoriano que se prepara profesionalmente en esta disciplina, para competir a escala internacional. Por eso, entre sus objetivos está participar en el Mundial de salto base, que se desarrolla todos los años en diferentes partes de Europa.
Además, desea impulsar una empresa promotora de paracaidismo en Ecuador, con el fin de que más personas practiquen este deporte. Así tendrán la cartilla profesional, que les permitirá saltar en cualquier parte del mundo.