La crisis del fútbol ecuatoriano se evidencia por la estructura obsoleta, en la que las normas que lo avalan están en desuso. Un ejemplo: horarios de partidos que coinciden (en un mismo día), refuerzos pocos atractivos, estadios vacíos… hacen que el campeonato actual sea de menor calidad, comparado con años anteriores.
Lo preocupante es que pocos son los clubes que han replanteado sus modelos de gestión para mejorar sus economías. Estos son Independiente del Valle y Emelec. Otros, como Liga de Quito, Barcelona, Deportivo Cuenca.., impulsaron campañas de captaciones de aficionados para mejorar sus ingresos. También hay algunos que han quedado en inercia, subsistiendo a base del mecenazgo de empresarios, que han sido los soportes económicos desde siempre en el deteriorado fútbol local.
Ante estos ejemplos, es necesario que los mismos clubes vuelvan a impulsar la Asociación de Fútbol Profesional del Ecuador o la promovida Liga Profesional. Es vital ir a esa reingeniería en la actual crisis del fútbol, con un déficit que supera los USD 30 millones -entre todos los clubes de la Serie A, sin contar los de la B y la Segunda Categoría-. Apartarse de ese camino reflejará ante la sociedad que los dirigentes impulsaron ese proyecto solo para quitarle el poder administrativo a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), cuando la dirigía Luis Chiriboga, antes que sea procesado por la justicia por supuesto lavado de activos.