Johana Ordóñez celebra el triunfo en los 50 km marcha, el domingo 11 de agosto del 2019 en Lima. Foto: AFP
Con dos medallas de oro en las pruebas más largas del atletismo, Ecuador cerró una participación histórica en los Panamericanos. Claudio Villanueva y Johana Ordóñez sumaron la decena de preseas doradas al coronarse campeones en 50 kilómetros marcha.
Estas medallas y la de oro de Bryan Pintado en los 20 km convierten a Ecuador en una potencia en la caminata.
El equipo venía con opción de ganar dos de oro en el cierre del atletismo, pero los favoritos no eran ni Villanueva ni Ordóñez, que se convirtió en
la primera campeona panamericana de esa distancia.
La proyección de triunfo era para Andrés Chocho, campeón en Toronto 2015, y para Paola Pérez, que estuvo en las dos últimas ediciones de los Juegos Olímpicos. Chocho fue descalificado en el km 28.
Esa exclusión abrió la posibilidad a Villanueva, que venía en un segundo grupo de participantes.
“Fui rebasando rivales y me coloqué en el primer lugar”. El resto fue seguir con la estrategia de carrera, porque se sentía fuerte. Entre los km 35 y 38 caminó codo a codo con el mexicano Horacio Nava, pero se despidió de él porque aceleró su ritmo de paso, hasta llegar a la meta en solitario. Su registro fue de 3 horas, 50 minutos y 1 segundo (03:50.01).
La medalla de oro fue a parar al pecho de un campeón de la vida. Claudio Villanueva, de 31 años, ha vivido capítulos de constantes reveses. “Padre, si estás en la Tierra, este triunfo es para ti. Si estás arriba, también, y guíame, ¡por favor!”, dijo en la zona mixta.
Su padre, Paulino Villanueva, desapareció en el 2007 en El Cajas, la montaña donde se han entrenado otros campeones como Jefferson Pérez, y el mismo Claudio. Se perdió y no volvió más a casa. Claudio participó de varias jornadas de búsqueda y aún lo espera. Ayer lo mencionó porque siempre está en su mente. Dijo que detrás de esta medalla “hay jornadas de sacrificio”.
También de dolor, porque hace cuatro años nació su hijo Santiago, con una parálisis cerebral que le generó ceguera total. “Un pequeño movimiento que logra hacer, es motivante para mí”.
El atleta Claudio Villanueva muestra la medalla de oro. Foto: AFP
A él le contará que en Lima ganó como lo hizo hace dos años en la Copa Panamericana. Conocer el recorrido y el clima, cuya temperatura fue de 14 grados, similar a Cuenca, le ayudaron en el triunfo.
No deja de mencionar que sí está “algo loco, para caminar 50 km en 3 horas y 50 minutos”. De los 13 atletas que empezaron solo seis culminaron; otros se retiraron como el medallista olímpico Erick Barrondo, de Guatemala.
Inclusión olímpica
Otra medalla que festejó Ecuador fue la de Johana Ordóñez, campeona panamericana en 50 km. Su registro de 4 horas, 11 minutos y 12 segundos (04:11.12) es el nuevo récord de la distancia.
La azuaya de 32 años es una de las marchistas que lidera un grupo de atletas internacionales que busca la inclusión de esta competencia en los Olímpicos Tokio 2020.
“Solo pedimos un trato igualitario. Esta prueba ya se realiza en Juegos Panamericanos, y no lo hicimos mal. Estamos a la espera de la respuesta de la IAAF. El 29 de julio se realizó la última audiencia”.
Ayer venció a la guatemalteca Mirna Ortiz (04:15.21) y a la ecuatoriana Paola Pérez, que ganó el bronce con 04:16.54.
Al hablar de su medalla y las largas cuatro horas de competencia, tuvo palabras de agradecimiento para su entrenador Julio Chuqui, quien también entrena a Bryan Pintado. “Él es el triunfador por las dos medallas de oro”. Sin embargo, la Federación no lo incluyó en su lista para llevarlo a Lima.
Le dijo gracias a su hermana Mayra, que pagó su pasaje para atenderla en todo momento. “Es mi fisioterapeuta. No recibe ningún salario, lo hace porque es mi hermana. Desde el 2015, cuando regresé al atletismo luego de cuatro años por mi maternidad, no he tenido ninguna lesión”.
En su euforia, agradeció a sus médicos, a la psicóloga y también a su nutricionista. Integra el plan de Alto Rendimiento desde hace un año.
Le agradeció a su esposo, que no es deportista, pero que es su aliado. Y a sus hijas, Samantha y Tifani, a quienes les lleva la medalla. “Son el motor de mi vida”.
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