Gustavo Grossi: ‘El fútbol en la alta competencia es cruel’

Gustavo Grossi, Dirección del Proyecto Juvenil en River Plate. Foto: Archivo particular

Gustavo Grossi, Dirección del Proyecto Juvenil en River Plate. Foto: Archivo particular

Gustavo Grossi, Dirección del Proyecto Juvenil en River Plate. Foto: Archivo particular

Usted dice que el talento es invisible al ojo no entrenado. ¿Cómo debe estar entrenado el ojo de un reclutador de niños?

Lo más importante es la vocación por hacer su trabajo. Si hay pasión y emoción, el ojo se va poniendo más fino. En un niño se miran las características genéticas, su talento, la parte emocional, cuanto más niños se ven, hay menos opciones de equivocarse. Hay excepciones, por ejemplo, que el niño no vino con ganas ese día; hay niños que no se desarrollan a los 10 años, sino a los 14. Hay que ser muy detallista, mirar cómo el nene se paró, te mira, como está vestido, los detalles son los que marcan.

¿Los reclutadores, en ocasiones solo le dan 15 minutos, es suficiente?

Los clubes grandes no buscan talentos sino prodigios, y a ellos los encuentras en tres o cuatro minutos. Un prodigio está por fuera de lo común, y son los jugadores a los que se los ubica pronto. Sobran los 10 o 15 minutos. El talento indica las condiciones que el chico tiene por desarrollar.

¿No es un tiempo muy reducido?

El fútbol en la alta competencia es cruel. Al chiquito, al joven o al grande se les pide efectividad. Deben dominar los nervios, la presión de la familia, es una combinación de todo, porque a veces tienes una sola oportunidad.

¿Cuándo deja el fútbol de ser recreativo para el niño al ser reclutado por un club ?

Depende mucho del mercado. Si Europa busca en Sudamérica futbolistas de 20 años, el muchacho tiene que debutar a los 17, por ende, los niveles captación bajan a los 10 años. Antes, Europa compraba los pases de jugadores de 23 años, que debían debutar a los 20. Hoy todo bajó tres años. Al niño se le debe reclutar a los 10 u 11 años para completar sus siete años de formación, si es bueno, juega en primera y se lo transfiere.

¿El desarraigo a los 10 años para niños de provincia no es brusco?

Los jugadores que afrontan el desarraigo desde temprana edad vivieron por debajo de la línea de la pobreza. No tienen posibilidades alimenticias ni de recibir una buena educación. Sus familias son muy numerosas y viven en zonas muy vulnerables. Los padres, que saben del talento de su hijo, aceptan que los clubes se los lleven para que inviertan en él, para que realicen los estudios que ellos no les podrán pagar. Los niños sufren eso en un minuto, porque cuando llegan al club, mejora su calidad de vida. Viven en un lugar seguro y donde existen las herramientas para cumplir con su sueño de ser profesional. Empiezan a transitar su formación porque se convierten en la ilusión de su familia .

¿Pero se les entregan responsabilidades grandes a tempranas edades?

Se adaptan de inmediato; además, mentalmente son jugadores con mucho carácter. Hay un proceso de siete años en los que se trabaja en su formación, le da tiempo para que se adapte, que mejore. Hay apoyos de equipos completos, nutricionistas, psicólogos y profesores para su formación académica. Pero siempre recuerdan que su papá, su mamá y sus hermanos están esperanzados en él.

¿Quién llega a primera división?

Quien tiene talento, dedicación y muestran intelectualidad para que entender los diferentes sistemas de juego. Deben tener carácter para enfrentar cada semana a 20 000 espectadores. El futbolista que llega es el que se dedica a su carrera profesional, que dura 15 años. En la primera mitad de su vida tiene que hacer todo muy rápido, porque es un profesional que se jubila rápido.

Usted conoce al futbolista ecuatoriano, ¿qué le falta en su formación?

Inversión para desarrollar sus talentos. Contar con profesionales como nutricionistas, psicólogos, entrenadores que les guíen y los impulsen hacia el profesionalismo. Algunas pautas y hábitos para dar el salto de calidad que exige hoy en día el alto rendimiento.

Suplementos digitales