La Alianza Francesa acogió a más de 400 personas para ver la final de la Copa del Mundo. Los asistentes gritaron a todo pulmón el himno de su país y con cada jugada aplaudían emocionados.
Los franceses y ecuatorianos festejaron el primer gol con cervezas en mano, vuvuzelas, caras pintadas, globos y bastantes aplausos. Pero la esperanza de ser campeones se ahogó un poco cuando Croacia concretó el empate.
Los rostros preocupados empezaron a verse, hasta que el árbitro argentino Néstor Pitana consultó al VAR para determinar el penal a favor de los franceses. Los gritos de apoyo a los jugadores cesaron y los asistentes se quedaron en silencio para observar cómo Griezmann cobraba la pena máxima.
Con un resultado de 2-1 a favor de Francia, se terminó el primer tiempo. Fueron 15 minutos para comer algo y conversar hasta que inicie la segunda parte del encuentro. La gente se ubicó en sus puestos y comenzaron a gritar alentando a su selección. Cuando llegaron dos goles más de los franceses, se vivió un ambiente de tranquilidad y algarabía en el patio, el auditorio y también en el interior del lugar.
Felicidad que mermó cuando el arquero de Francia, Lloris, tuvo una fatal equivocación y regaló el segundo gol a Croacia.
Esto permitió que durante los últimos 10 minutos los croatas intentaran descontar la diferencia, y con cada una de estas jugadas los asistentes gritaban desconcertados a la espera de que finalice el partido y Francia sea campeón.Cuando el árbitro argentino determinó el final del encuentro, franceses y ecuatorianos saltaron, se abrazaron y gritaron la ganancia de la selección francesa.
El embajador francés, Jean Baptiste Chauvin, estuvo presente durante todo el partido y también la celebración. “Vamos a festejar la ganancia como lo hacemos en Francia, con champagne”, comentó el diplomático.
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