Christian Ramírez decidió aumentar sus cargas de trabajo para poder aprobar las pruebas físicas y técnicas en el club alemán Borussia Dortmun. Esta es una muestra de la determinación del joven lateral izquierdo de 16 años.
El jugador, nacido en Santo Domingo de los Tsáchilas y formado en el club Peruggia 33, se enteró de la posibilidad de irse al club campeón de Alemania hace tres semanas, tras retornar del Mundial Sub 17 en México.
Su reacción fue de mesura, aseguró, luego del entrenamiento del pasado miércoles, porque su vinculación al conjunto europeo aún está sujeta a las pruebas a las que será sometido.
Sin embargo, a la semana siguiente de conocer la noticia, el juvenil titular en el club Independiente del Valle pidió al preparador físico, el argentino Gabriel Martínez, que lo ayudara a ejercitarse una hora más luego de las prácticas del equipo.
Esta iniciativa sorprendió, pero a la vez, congratuló al cuerpo técnico del cuadro de Sangolquí. “Es un chico con mucha personalidad, valor y determinación. Procuramos prepararlo lo mejor posible para que supere los exámenes”, indicó el DT Carlos Sevilla.
Y la mesura se refleja en las expresiones de este talentoso defensor, cuya principal característica es el dominio del balón con las dos piernas (ambidiestro). “Lo tomé con alegría, pero estoy tranquilo. Primero hay que ver si me quedo. El camino al éxito se hace poco a poco y por eso no me desespero”, dijo Ramírez.
Al lateral, uno de los jugadores destacados del equipo que dirigió Javier Rodríguez en la cita ecuménica mexicana, lo siguieron cazatalentos desde cuando estuvo en la Selección Sub 15. Así lo reveló Santiago Morales, gerente del Independiente del Valle. Otro de los clubes interesados, por ejemplo, fue el Tottenham inglés.
“Es un gran jugador, con muchas condiciones, pero sobre todo, muy maduro para la edad que tiene”, agregó el directivo.
Ramírez prefiere pasar el tiempo en el complejo del Independiente, en el sector de las Valvinas, en Los Chillos. Su padre, Christian Ramírez Robles, con quien se crió desde su infancia (evita hablar de su madre), tiene un departamento en Sangolquí. “Pero prefiero pasar en el complejo para estar con mis amigos”, aseguró el defensor de 1,70 metros. Su mejor amigo es Michael Arboleda, otro de los juveniles del plantel también seleccionado.
Pero ¿cómo llegó Ramírez al profesionalismo? En su carrera fue determinante Mario Pineida, también juvenil del Independiente, de 19 años. Marco Zambrano, empresario que colabora para el equipo presidido por Michel Deller, pidió al lateral derecho que lo convenciera para que se uniera al Norteamérica, equipo de Segunda categoría en Guayaquil. Allí estuvo dos meses hace dos años. De ahí, Zambrano lo vinculó, observando su talento, al club de Los Chillos.
El progenitor de Ramírez, quien es comerciante, está feliz por esta oportunidad. Él y el resto de su familia juegan fútbol de forma aficionada y todos son zurdos, por ello se sorprendió al ver que su hijo maneja con habilidad ambas piernas. “Es poco común ver a un jugador ecuatoriano con ese talento”, admitió.
Así, se mostró cuando estuvo en la escuela Ciudad de Caracas y luego en el colegio Jaime Roldós Aguilera. En ambas instituciones portó la cinta de capitán.