‘Pepe’ Granizo considera que el locutor siempre debe entregar datos durante las transmisiones. Cuestiona a aquellos que son parcializados en sus relatos.
Datos personales. José Granizo Cisneros nació en Riobamba el 28 de febrero de 1948. Llegó a Quito con 18 años de edad.
Experiencia. Se inició en el relato en su natal Riobamba en la radio Alerta, del Colegio San Felipe.
Ya en Quito, laboró en Radio Colón, Éxito, Gema, Fiesta, Quito y actualmente trabaja en Radio Tarqui, desde 1977. Fue presentador de Gamavisión.
¿Qué narradores deportivos marcaron su estilo?
Si se puede decir de alguna manera, soy de la ‘camada’ de Fabián Gallardo, Patricio Jarrín, Carlos Sandoval, Patricio Díaz, entre otros. Pero nos marcaron grandes maestros como Carlos Rodríguez Col, Carlos Efraín Machado, Jacinto Landázuri, Petronio Salazar… que marcaron una época del relato deportivo y que nosotros, de alguna manera, mantenemos ese estilo. Es obvio que aparecen nuevos personajes.
¿El ecuatoriano tiene su estilo o se apoyó en los del exterior?
Particularmente me gusta el estilo colombiano, que ha tenido una marcada influencia en nuestro medio. Ahora, los argentinos están de moda, porque es un estilo totalmente diferente. Pero considero que los ecuatorianos sentimos un poco más de empatía con los colombianos, por su chispa (sentido del humor).
Sin embargo, es evidente que el estilo argentino se impuso en nuestro país, quizás por las transmisiones que realizan cadenas como Fox Sports, DirecTV…
Es la verdad, porque lógicamente se pega. Antes, la influencia colombiana era marcada en el relato ecuatoriano, porque la transmisión radial era fundamental. Hoy, con la TV, se nota esa influencia, justamente por la intromisión de las cadenas internacionales. Los niños y jóvenes tienen en su mente los nombres de Mariano Closs, Fernando Niembro, Walter Queijeiro… se aprende, se imitan mucho sus términos, sin decir que sea malo.
¿Hay diferencias en el relato de TV con respecto al de radio?
Tuve la suerte de trabajar en televisión también y hace 20 años el relato era mucho más pausado. Se alimentaba la transmisión con más datos, información, incluso personales de los jugadores. Pero, cuando la gente empezó a bajar el volumen para escuchar su emisora favorita, los ejecutivos de la TV nos obligaron a narrar como si estuviéramos en radio. Se puede decir que lo comercial motivó que el estilo radial se aplicara en la televisión, motivado por ese fenómeno, algo que se mantiene.
¿Se pueden marcar los estilos de narración deportiva?
Claro, hay estilos populares, otros más formales, algunos son complicados y llenos de adornos. Para mí, mientras el relato sea más simple, tendrá mayor éxito porque llegará a todas las clases sociales. Muchas veces, por adornarse en sus frases, hay colegas que cometen errores.
Pero hay relatores que en realidad utilizan mal sus expresiones, procurando ser originales…
Dependerá de la capacidad de inventiva del narrador. Es bueno adornarse con apodos a los jugadores, por ejemplo, pero sin llegar a ofender. Hay que saber contar anécdotas, detalles del entorno del partido…
¿El relator de ahora está sujeto más a una imposición comercial, ya no provee datos?
Depende de la cantidad de publicidad. Hay que recordar que esta es la base de la subsistencia de estos medios. Muchas veces, la publicidad sí molesta, satura al aficionado en radio y en TV. Hay que ser mesurados y hacer menciones cortas para no perder el hilo del relato, que se hizo comercial.
¿La transformación tecnológica cuánto ha influido?
Una maravilla, soy un enamorado de la tecnología. Antes teníamos dos equipos inmensos, uno para transmitir y otro para recibir. Era algo complicado, teníamos que contactarnos con las empresas telefónicas de Quito y de otros países para las transmisiones. Probar los equipos era un martirio. Hoy, en cambio, la tecnología nos permite tener mayor facilidad, sabemos con certeza que la señal llega bien, se lleva solo una maletita.
¿Cuáles son los nuevos referentes de la narración deportiva?
Considero que Édgar Villarroel Kaviedes, Patricio Jarrín, Patricio Díaz, Fabián Gallardo, Carlos Sandoval, Kléver Zambrano, Ruddy Ortiz, Paco Álvarez, Gerardo España. Pero, curiosamente, en Quito hay una mayor tradición de narradores. En Guayaquil, en cambio, la mayoría llega desde otras provincias y más de la Sierra. Es un fenómeno bastante interesante.
¿Por qué muchos locutores nuevos procuran narrar como sus maestros y no buscan su estilo?
Muchos imitan un estilo en lugar de buscar originalidad. La mayoría cae en la improvisación porque no llegó el narrador principal y al comenzar, deben hacerlo igual que los locutores principales. No hay un esfuerzo por encontrar un estilo propio.
¿Y qué opina de los relatores que muestran parcialidad en sus locuciones, con simpatías por un equipo al gritar un gol?
Lo dijo José María Muñoz (locutor argentino) hace mucho tiempo: los relatores tenemos nuestro equipo de corazón, pero debemos ser mesurados. Hay periodistas que siguen a equis clubes. Ahí no se puede censurar, pero en nuestro medio sí. Muchos locutores no meditan que a través de la Internet, el audio puede llegar al mundo y que muchos hinchas escuchan atentos. Hay que ser equilibrado y contagiar de emoción a todos por igual.